El comercio cada vez instala más temprano los uniformes y útiles escolares, lo que, según expertos, puede provocar angustia y ansiedad en padres y alumnos.
¡No hay salud! Aún no pasaba el encandilamiento por los fuegos artificiales del Año Nuevo, cuando ya el comercio tenía en góndolas y estantes con lápices, cuadernos y los benditos uniformes de colegio.
Para algunos puede resultar un verdadero atentado al entusiasmo con el que anda uno en el verano, "porque si no saliste de vacaciones y tu cuerpo aún debe ir a la pega, tu cabeza te tiene con los pies en el mar", señaló a La Cuarta Claudia Gutiérrez, madre de dos chicocos que aún son estudiantes.
Agregó que hace rato que todas las fechas andan adelantadas. "En la Pascua de los Conejos están instalando las banderas y en septiembre ya todo está enfocado en las fiestas de fin de año. Pero ahí no afecta tanto porque son fiesta".
"El drama es cuando se supone deberías estar disfrutando el descanso más largo del año y te recuerdan los compromisos económicos, las carreras al colegio al trabajo y...el invierno", agregó.
Vivir el momento
La sicóloga Dayanne Bahamondes señaló que el cuento es bien corto. Simplemente "hay que hacerle caso a la filosofía oriental y saber vivir el momento. Es necesario vivir el día a día como corresponde y no lo estamos haciendo", precisó.
Agregó que "cuando el comercio adelanta las fechas de promoción de sus productos causa ansiedad, particularmente en los adultos que deben cumplir con los compromisos económicos que representa marzo y que son muchos".
En el caso de los niños este hábito del comercio "es muy probable que provoque angustia en quienes tienen problema con el colegio. Si a esto agregamos que hay padres que los hacen cumplir tareas en el verano...el cuadro es complicado", aclaró.
El sistema
Por su parte, el sociólogo Víctor Acuña advirtió que "hasta hace unos años el retail adelantaba sus productos frente a una temporada x o una fiesta, pero ahora se pasan. Los uniformes ya no aparecen la segunda mitad de febrero, pues basta entrar a un supermercado los primeros días de enero para encontrarse con la imagen que puede resultar aterradora", manifestó.
Para el profesional, esto tiene un objetivo claro y es que "las personas de vacaciones o en el verano andan más dispuestas, entregadas al placer y no esperan ofertas. Piensan voy a adelantar las compras y después veo cómo lo hago."
Precisó que "esto no significa que se restrinja en los gastos de las vacaciones. Entonces aparece lo perverso del sistema, porque el consumidor toma la decisión más fácil... no la más eficiente"
Por último explicó que esto conviene al comercio porque tempranamente saben si quedará o no con stock y planifican mejor las ofertas.
El retail no vacaciona. Para el publicista Cristián Rudloff la idea es que siempre exista un nivel de premura en el consumidor. "Ese es el beneficio, que siempre haya movimiento. Al final la persona siente el sentido de urgencia y esto lo obliga a enfrentar sus necesidades".
Dijo también que el cambio de estrategia, respecto de hace un par de años, es que "todo el año haya un evento que invite a consumir, pues en años anteriores enero y febrero eran flojos"
Finalmente, explicó que el cuento también obedece a la práctica de que cada año los niños entran antes al colegio.