Este lunes por fin le tocó contar su verdad al hijo de la presidenta Bachelet, Sebastián Dávalos, en su calidad de imputado en la investigación por presuntos irregularidades en la compra de terrenos de Machalí.
El ex Primer Damo, que está bajo la lupa por los posibles delitos de negociación incompatible y violación de secreto, renunció a su derecho de quedarse piola y habló durante 4 horas ante los fiscales Luis Toledo y Sergio Moya.
A diferencia de lo que aconteció con su mujer, Natalia Compagnon, el hijo de la Jefaza llegó más resguardado que Barack Obama y sólo fue posible divisarlo de lejitos con un impecable traje gris y el blim blim de sus aritos.
Igual el despliegue policial y otros detalles desataron los cahuines en todas las redes sociales y medios de comunicación. Aquí van un par de ellos.
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El resguardo policial
La gallada que esta mañana estaba atenta a la aparición del primogénito de la Presi alegó porque la cantidad de movimiento policial destinado a puro protegerlo a él. Al menos 20 carabineros fueron destinados a su cuidado y un bus de Fuerzas Especiales dispuesto por el alto mando de la institución.
2
En auto fiscal
Pero si hay algo que indignó de verdad a la barra fue que el love de la señora Compagnon, en vez de llegar en su fabuloso Lexus, se asomó a la Fiscalía de Rancagua en un auto fiscal. Para mala suerte del hombrón el vehículo que le prestaron andaba sin SOAP, o sea si éste hubiera tenido un accidente con lesionados...habría pagado moya.
3
Habló 4 horas
Según la declaración de la nuera de la Presidenta, en la reunión con el señor Andrónico Luksic, Dávalos estuvo vuelto para la pared en todo momento admirando cuadros y adornos. Entonces, se pregunta la gallada ¿Tanto tiempo le tomó describir el buen gusto del empresariox?x
4
Imposible patalear
Hasta vallas papales tuvo en su ingreso a la Fiscalía el cientista político y, a diferencia de los que pasó con su mujer, nadie lo pudo mechonear. Igual Bernardo Córdova, conocido como el hombre del cartel, se las arregló para hacerle saber que lo considera un hijo mal comportado.
