Los cinco mitos que debes saber sobre los terremotos

Los sismos siempre dejan una estela de mitos y cosas raras que se comentan en todos los sectores de la sociedad. Pero de todo esto, lo único cierto es que andamos con el quetejedi a dos manos, a pesar de estar acostumbrados.

A raíz de los brígidos movimientos telúricos que se sintieron en Chile, Perú y Gringolandia, LaCuarta.com te muestra los cinco mitos más cacareados por la barra.

1- Las réplicas ¿menos cabronas?

Todo el mundo tiende a mirar en menos las réplicas que suceden a los sismos. Este hecho se ha tornado algo común y se cree que éstas son el arroz graneado.

Pero hay que tener ojo con las réplicas, cabritos, porque son bien cabronas y destructivas. El más claro ejemplo de que son pesotes y odiosas, es lo ocurrido en Christchurch, Nueva Zelanda, en el año 2011, cuando una de ellas fue más cotota que el mismo terremoto y dejó a la esposa del zorro en ese lugar..

2- Los animales predicen sismos

Desde la Antigüedad se ha creído en esta capacidad que, supuestamente, tienen los animales.

Si uno se pone a mirar los calendarios de piedra, se dará cuenta que este mito data desde el año 373 AC, cuando un fuerte sismo remeció la tierra y varios ejemplares de ratones, serpientes y ciempiés apretaron cachete de sus hogares momentos antes del movimiento.

De ahí en adelante esto se popularizó, pero jamás se ha podido encontrar un patrón específico que dé certeza de que los animales puedan predecir los sismos.

3- ¡Qué calor de locos, nena!

El verso de que los sismos vienen después de una ola de calor, es un carril de Aristóteles. En la antigua Grecia, el barbón decía que los terremotos eran el resultado del aire caliente que dejaban las altas temperaturas, el cual se acumulaba en las cavernas del centro de la tierra.

¿Y esto en qué afecta a Boca? se preguntan muchos. Resulta que el filósofo sostenía que una vez éste aire caliente se liberaba hacia la superficie, el guaracazo se venía con escándalo. ¡Nada que ver!

Los movimientos telúricos pueden darse en cualquier estación del año y tampoco tienen incidencia con el cambio del clima, como fue en la zona central la semana pasada, cuando pasamos de los bacanes 30 grados a la lluvia y un frío que cala los huesos.

4- El grado 4 puede ser doloroso

En varias zonas del mundo, los sismos de grado 4 dejan la mejor sorround, mientras que en Chile con esa intensidad apenas alcanza para revolver el té.

Lo cierto es que este grado es cuático -no, no es el del camino de tierra, mal pensado- porque dependiendo de la profundidad en la que se encuentre el epicentro se determinará el daño que pueda generar.

Así que ya lo sabes. Si te encuentras ante un grado cuatro, ten en cuenta que la profundidad es la que determinará el peligro. ¡Uff!

5-¿Podemos predecir un terremoto?

Para malacue de Salfate y de muchos otros, la predicción de un movimiento sísmico no es posible. Hasta ahora no existe forma científicamente comprobada que pueda establecer una predicción con exactitud.

Lo único que tenemos disponible son los sensores que indican cuando se viene un movimiento fuerte, pero esos te indican sobre la misma.

COMPARTIR NOTA