"Los felicito... Yo pensé que nunca me iban a descubrir"

Los cinco golpes en el cráneo que recibió María Luisa León Rodríguez (33) y que le provocaron la muerte no fueron por azar. Según la Brigada de Homicidios (BH) de Los Andes, a cargo de la investigación, su conviviente, Alan Matter Raffernau (45), imputado por el macabro crimen, lo planificó todo sentado frente a un televisor. Cada paso del parricidio y su posterior huida estarían grabados y editados en capítulos de las series policiales "Dexter" y "CSI".

La relación entre Luisa y Alan no venía bien. El año pasado la mujer estuvo en prisión preventiva por quemar la casa en la que vivían. Después de cuatro meses salió libre y Alan la fue a buscar para que volvieran a vivir a la casa "incendiada", en el Pasaje Mocohen de la comuna de San Esteban, en Los Andes.

La última y fatal discusión de la pareja ocurrió la tarde del 21 de julio pasado en su dormitorio.

Según los investigadores, Alan golpeó a la mujer y la estranguló con sus manos. Al ver que aún estaba viva, tomó el cable de un alargador, le dio cinco vueltas alrededor de su cuello y la ahorcó. Para asegurarse de que el trabajo estaba concluido, tomó un mazo con un mango de fierro soldado a una cabeza de 2 kilos y la golpeó tan fuerte en el cráneo que se hallaron restos de sangre a más de 2 metros de distancia.

El cuerpo de la mujer quedó boca abajo, a un lado de la cama matrimonial.

En medio de ese cuadro, el hombre -quien se encuentra confeso- llamó a un hijo de la mujer. "Se quedó dormida y se cayó", le dijo tratando de excusarse. El joven no le creyó y corrió en busca de ayuda, mientras Alan arrancaba en una moto chopera.

Tras ver la escena del delito, los peritos de la BH notaron que en el PC del técnico de Codelco estaban guardadas las temporadas completas de las series "Dexter", un asesino múltiple, y "CSI", donde se resuelven crímenes con modernas técnicas forenses.

MUCHA TELE

De ahí en adelante, el imputado usó todo lo aprendido en sus series de culto para escapar de la policía.

Según consta en el trabajo de la BH, Alan botó su celular, abandonó su moto y cortó sus tarjetas de crédito para no dejar rastro. No pasaba más de dos días en una residencial y recorrió más de siete ciudades para eludir a los sabuesos. Para hacer más difícil su búsqueda, cambió de lentes y se dejó crecer el pelo y la barba.

"Se nos escapaba por minutos. Fue un trabajo muy duro dar con su paradero", afirma el sucomisario Carlos Alegría, jefe de la brigada andina.

Ante la falta de pistas, los investigadores recurrieron al seguimiento en terreno de los cercanos a Alan. Tras 27 días de trabajo ininterrumpido, que incluyeron dormir en autos y esperar bajo la lluvia, dieron con su rastro. "Con el transcurso de los días se le acabó la plata y comenzó a vender camisetas en una feria de Puente Alto. Requería comprar productos y sabíamos que lo hacía en la Estación Central", dice Alegría.

Antes de llegar a la capital pasó por Putaendo, La Ligua, Limache y Valparaíso. "Se inscribía en las residenciales con el nombre de su esposa, pero al revés. Pedía piezas a nombre de Patricio Alejandro. Así estuvo en el Hogar de Cristo", cuenta Alegría.

El trabajo policial dio sus frutos. Tal como en las series, Alan cometió un error: Se contactó con una ex pareja que tenía en Santiago y que sería un travesti.

Acordaron encontrarse en Alameda con Maipú, en una plaza del Anfiteatro Comercial. El martes 18 de este mes, la BH dio con Alan. "Los felicito... Yo pensé que nunca me iban a descubrir. Díganme en qué me equivoqué. Fue por las escuchas ¿cierto?", les preguntó a los funcionarios que lo capturaron.

TENÍA HASTA UN AVIÓN EN EL PATIO

"Esta persona tiene un coeficiente intelectual superior a lo normal y mucho conocimiento en relacion al ámbito criminal", dijo el subprefecto Alegría luego de escuchar la declaración del imputado.

Matter decía ser ingeniero de Codelco, pero en realidad su cargo era de técnico mecánico. Por su trabajo e imaginación, creó varias máquinas de uso minero, pero lo que más les llamó la atención a los peritos que registraron su casa fue un avión que Alan mantenía en el patio de la casa donde ocurrió el trigésimo femicidio del año.

"En su hogar había fabricado un avión ultra liviano Sólo le faltaba probarlo. Tenía varios planos de máquinas muy extrañas, sólo él sabe de qué se tratan", comentó el sabueso.

Para sus vecinos, Raffernau era un tipo tranquilo, salvo por las peleas con su esposa. Lo que muchos no sabían era la doble vida que iniciaba por las noches. En la bohemia andina Alan era muy conocido. Según la investigación, frecuentaba bares, discos y casas de masajes, donde no atienden mujeres precisamente.

Fue uno de estos nexos nocturnos los que siguió la BH. Una persona "del ambiente" confirmó que Alan tuvo una relación con un travesti en Santiago

Claudio Sanz S.

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