Fabiola Valenzuela, luego de presentar recursos y de asistir a trámites legales junto a sus abogados desde septiembre del año pasado 2016, la peleó para conseguir los testimonios de ella y de su madre, ambas víctimas de la dictadura.
A pesar de que este lunes 11 de septiembre se cumplen 50 años del Golpe de Estado, aún existen una infinidad de casos y situaciones sin resolver sobre hechos que ocurrieron durante la dictadura militar.
Por lo mismo, en su momento se creó la Comisión Valech (Comisión Nacional sobre Pisión Política y Tortura), cuya finalidad era esclarecer la identidad de todos quienes sufrieron privación de libertad y torturas por motivos políticos por parte de agentes del Estado. Dichos documentos eran custodiados por el Instituto Nacional de Derechos Humanos.
El organismo fue creado por decreto supremo el 26 de septiembre del año 2003, por el ex presidente Ricardo Lagos. En ese entonces, la idea era complementar lo realizado con anterioridad con la Comisión Retting, que sólo se pronunciaba respecto a las muertes ocurridas bajo el mando de Augusto Pinochet, pero no hablaba sobre las torturas y detenciones.
De hecho, de esa iniciativa surgieron informes de dos comisiones: la Comisión Valech 1, que se llevó a cabo entre 2003 y 2010, y la Comisión Valech 2, que prolongó entre los años 2010 y 2011.
En concreto, el primer informe determinó que 27.225 personas fueron sometidas durante la dictadura a prisión por motivos políticos, de las cuales la gran mayoría declaró haber sido víctimas de torturas.
En tanto, ese número aumentó en el segundo documento, el cual reveló que 9.785 casos de víctimas de prisión política y tortura.
Sin embargo, de acuerdo por lo estipulado por la Ley 19.992, los informes debían mantenerse en total secreto al menos durante 50 años. Eso sí, una de las víctimas de la dictadura, Fabiola Valenzuela, la peleó para conseguir esos testimonios luego de presentar recursos y de asistir a trámites legales junto a sus abogados desde septiembre del año pasado 2016.
Los detalles del macabro caso
Como era de esperarse, el caso de Fabiola, el primero que logró romper con el secreto de la Comisión Valech 1, impactó a todos en ese entonces. Hasta los 14 años, pensó que era adoptada debido al comportamiento que tenía con ella su mamá, Rosaura, a diferencia de sus otros hermanos. Sin embargo, el año 1988, escuchó en su casa de La Florida cómo su progenitora hacía una desgarradora confesión a través de una conversación telefónica.
“Mi hija nació producto de una violación cuando fui torturada”, le escuchó decir. Años más tarde, se enteraría que su madre estaba conversando con un funcionario de la Vicaría de la Solidaridad, según consigna un artículo de El Mostrador publicado el año 2018.
El macabro caso tuvo su origen en 1973, cuando Rosaura Valladares, que tenía 15 años en ese entonces y vivía con sus padres y sus hermanos en un pueblo pequeño, ubicado a 15 kilómetros de Linares. Según consigna un reportaje de The Clinic, una noche de ese mismo año, un grupo de militares armados ingresaron a su vivienda y empujaron a toda la familia contra las murallas. Sin mediación, exigieron llevársela a ella y a uno de sus hermanos.
De ahí en más, comenzaría su calvario. A horas de ser raptada desde su hogar, fue violada por un grupo de carabineros en la Comisaría de Linares. Pero eso no es todo. Durante las siguientes semanas fue torturada y violada en la Escuela de Artillería de la ciudad, donde estaba detenida junto a otras víctimas de la región del Maule.
Luego de esos macabros episodios, Rosaura regresó a su casa a los tres meses de esa primera detención, aunque su pesadilla no terminaba ahí. De hecho, la fueron a buscar dos veces más en el periodo de un año. En su tercera detención, sufrió nuevas violaciones de forma sistemática, torturas, simulacros de fusilamientos y hasta la inyección de sustancias, de acuerdo al relato de Fabiola y sus abogados, Álvaro Aburto y Paz Becerra.
Posteriormente, la mujer se percató que se encontraba embarazada, lo que generó un inesperado conflicto en su familia. Esto, luego de que su papá la recriminara y la instara a que diera al bebé en adopción, petición a la que ella se negó. Por lo mismo, las relaciones se quebraron y tomó la decisión de irse a la casa de su hermana. Tiempo después, y con su embarazado ya avanzado, se fue a vivir a Santiago.
De hecho, en la capital y con 16 años, Rasaura se comunicó con su ex pololo, quien respondía al nombre de Juan Carlos y que al escuchar su relato, prometió protegerla a ella y a su hija que venía en camino. Incluso, tomaron la decisión de casarse e irse a vivir juntos a La Florida, donde el 28 de junio de 1975, recibieron la llegada de Fabiola.
“Ella me tenía mucha bronca. Si mis hermanos se caían, por ejemplo, mi mamá se acercaba y les hacía cariño, era tierna. En cambio, si yo me caía me decía que me parara, que no me había pasado nada. Siempre fue fría y distante”, relató Fabiola, quien no pudo nunca tener ese lazo madre e hija, pues Rosaura sabía que la menor había nacido producto de las violaciones de las que fue víctima.
Debido a esos episodios, Fabiola comenzó a unir hilos en su cabeza. De hecho, a pesar del paso del tiempo, aún no termina de armar el rompecabezas. Incluso, debió asistir a terapia psicológica y psiquiátrica, pues nunca pudo mantener un vínculo de apego con sus hijos y pareja, pues esos lazos afectivos nunca fueron parte de su vida.
Cabe señalar que la primera vez que se desclasificó una carta con un testimonio entregado a la Comisión Valech ocurrió en diciembre de 2015. Esto, precisamente después de que la Justicia acogiera el recurso de protección presentado por Fabiola. Según contó, acudió al Instituto Nacional de Derechos Humanos con el objetivo de mostrar no sólo el brutal relato de su mamá, sino que también exponer públicamente todos los antecedentes e investigaciones recopiladas por la comisión respecto a su caso.
“Para mí es súper importante haber sido calificada como víctima frente a la toma de declaración de la Comisión Valech, pero cuando me di cuenta que no podíamos acceder a esos testimonios, me pareció injusto y arbitrario. La verdad es que yo no puedo exigir cárcel a las personas que le hicieron eso a mi mamá, porque la verdad es una telaraña difícil de desentrañar, pero estoy esperando que se reconozca lo que vivimos”, relató Fabiola en ese minuto.
¿Levantamiento del secreto de testimonio?
En la previa de las actividades que se están preparando por los 50 años del Golpe de Estado, dentro de la agenda del gobierno del Presidente Gabriel Boric, surgió la posibilidad que existiera un anuncio sobre una fórmula que permita -en algún grado- levantar el secreto de los testimonios que en 2003 quedaron plasmados en la Comisión Valech. Su finalidad sería trazar la trayectoria de los detenidos desaparecidos durante la dictadura.
Según reveló el Ministro de Justicia, Luis Cordero, dicho levantamiento de información se realizaría de forma reservada y con el consentimiento de las víctimas.
La idea de dicha iniciativa también fue planteada por familiares de víctimas de la dictadura durante los encuentros participativos organizados por el mencionado ministro respecto del Plan de Búsqueda, el que ya fue presentado por el Ejecutivo.