Esta es de esas películas que aunque están "dirigidas" a los niños, también la gozan los adultos. Es más, creo que los grandotes la disfrutan mucho más.
Es cierto que la historia, la enseñanza y el envoltorio que da Disney les entrega un sello infantil, pero los puntos altos son aquellos detalles que capturan más a los papás que crecieron con estos personajes y que entienden el fino y bien cuidado humor con el que juegan Kermit, la rana, el verdadero nombre de René, y sus compinches.
Todas las personalidades de las marionetas están muy bien construidas y logradas, manteniendo las características por las cuales los ochenteclos las conocieron, pero además con un grado de maduración necesaria para que los niños de hoy las acepten, porque vienen para quedarse.
Durante sus vacaciones en Los Angeles, Walter, el fan número uno de Los Muppets y sus amigos Gary (Jason Segel) y Mary (Amy Adams), descubren que el petrolero Tex Richman (Chris Cooper) planea arrasar con el teatro de sus ídolos para perforar y extraer el petróleo hallado allí. La única manera de salvar el recinto es recaudar US$ 10 millones. Con este objetivo Walter, Mary y Gary ayudan a Kermit La Rana a reunir nuevamente a los Muppets, cuyas vidas ahora han tomado rumbos diferentes: Fozzie trabaja en un casino de Reno con una banda tributo llamada los Moopets; Miss Piggy es una editora de moda de talla grande de la revista Vogue Paris; Animal se encuentra en una clínica de Santa Bárbara para aprender a controlar su ira; y Gonzo es un magnate de la industria de la fontanería. Con actuaciones especiales únicas de numerosas celebridades.