La Cuarta Dimensión: Los Nichos, entre piscos y fantasmas

El Fundo ubicado en Paihuano, en Valle del Elqui, tiene una serie de historias que aún siguen rondando entre las cavas donde se fabrica uno de los mejores brebajes nacionales.

El Valle del Elqui guarda secretos de los cuales la Luna y el incesante Sol son testigos. En ese horizonte plagado de estrellas y mística, los campesinos emplazaron sus cultivos, mientras otros apostaron por crear licores.

Uno de los más populares es el que se fabrica en el Fundo Los Nichos, conocido por este nombre debido a que las cavas que añejan el brebaje son similares a los nichos que existen en los cementerios.

En ese lugar, don Rigoberto Rodríguez Rodríguez, hijo del fundador José Dolores Rodríguez, reunía a sus amigotes a compartir tertulias en donde el alcohol estaba asegurado a destajo. Risas, anécdotas y epitafios que siguen resonando en las paredes del lugar guardan décadas de andanzas, tanto que algunos siguen manifestándose en el lugar.

Durante los recorridos nocturnos que realiza el personal a cargo de fundo, se escuchan, desde las cavas, ondas sonoras que para quienes viven ahí sólo tienen una explicación paranormal, ya que es el lugar que más energía guarda. Quiénes trabajan ahí aseguran que se escuchan nítidamente carcajadas, sonidos de vasos brindar y frases perdidas.

Para el personal de Los Nichos, son los amigos de don Rigoberto, también creador del pisco 3Erres, quienes no quieren dejar la juerga atrás y sus almas vuelven para disfrutar como antes.

Pero hay dos fotos que se roban la curiosidad de los visitantes y, que desde hace unos años ya son virales, por la nitidez de las imágenes. La primera surgió luego de que un grupo familiar se sacara una fotografía sin imaginar que en un espacio donde nadie había aparecería el claro rostro de un menor.

El ojo y la nariz son claras en el registro, pero existen trabajadores que han visto a este chico deambular por el campo. Estatura baja, con ropa de época y cara sonriente, son sus características. Pero el menor no sería el único inquilino que aparece con frecuencia.

En ocasiones, un señor de edad se presenta muy campechano con su sombrero de paja como un espectro entre las cavas. El hombre no hace daño, pero sí asusta a los visitantes y habituales del fundo. Se ha mostrado en algunas fotos, causando más intriga entre los visitantes.

El Fundo Los Nichos lleva a la gente a transportarse a un viaje artesanal, donde el pisco, las buenas historias y esa extraña sensación de sentirse observado se toman el lugar. En Paihuano, justo en medio del Valle, la conexión espiritual es única para repasar los 150 años de historia pisquera de la zona, algo que varios de los espíritus por nada se quieren perder.

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