Los riesgos que esconden las refrescantes piscinas

Asfixia por inmersión, accidentes, otitis y conjuntivitis son algunas de las principales urgencias y patologías que afectan a los veraneantes de piletas.

Durante el verano, muchos niños y adolescentes acuden a piscinas para eludir el calor y divertirse en sus vacaciones. Pero este sano entretenimiento puede dar paso a graves accidentes, así como a enfermedades frente a las cuales los padres deben estar atentos.

Asfixia por inmersión, caídas, infecciones en oídos y ojos, además de hongos en los pies, son parte de los problemas a los que los niños están expuestos. Para prevenir estos episodios y saber cómo reaccionar, la Dra. Leticia Yáñez, pediatra de Clínica Santa María, entrega una serie de consejos y recomendaciones a los padres en estas vacaciones.

AHOGO : La asfixia por inmersión es la primera causa de muerte accidental en niños de entre 1 y 4 años en nuestro país. Es por este motivo que enseñarles a los niños a nadar, además de una constante vigilancia por parte de un adulto, es indispensable para poder evitarla. "Bastan dos centímetros y medio de agua para que un pequeño se ahogue", alerta la Dra. Leticia Yáñez, pediatra de Clínica Santa María.

La asfixia en el agua se produce por la falta de oxígeno prolongada, y puede producir la muerte o secuelas neurológicas graves.

TRAUMATISMOS : Golpes en la cabeza, lesiones de cuello, brazos y piernas son algunos de los accidentes más cotidianos. Los piqueros y el mal uso de las instalaciones de la piscina son la principal causa de este grave problema. Entre las medidas para prevenir accidentes, se destaca instalar una reja de fierro perimetral de al menos 1,5 metros de alto sin barra transversal. Además, una puerta con cierre automático que se abra hacia afuera y chapa de seguridad en la parte más alta.

QUEMADURAS SOLARES : Las quemaduras leves o graves son la principal complicación de los rayos del sol, y en el largo plazo, el cáncer de piel. Se recomienda realizar actividades al aire libre antes de las 11 y después de las 16 horas, vestir a los niños adecuadamente, intentando cubrir la mayor parte del cuerpo, usar sombrero de ala ancha (seis centímetros), utilizar anteojos de sol con filtro, preferir la sombra y, si se encuentra en la playa o en la piscina, tener un quitasol. Todo esto, se debe complementar con el uso de protectores solares.

OTITIS EXTERNA : Esta enfermedad se origina debido a la frecuente exposición de los oídos en el agua y al posible contacto con gérmenes que entran por conducto auditivo. La inflamación del oído trae consigo dolor o sensación de obstrucción.

Para prevenir esta patología en fundamental secarse muy bien los oídos después de ocupar la piscina.

CONJUNTIVITIS : Se produce en piscina por el contacto en exceso del cloro y desinfectantes, lo que genera una inflamación de la conjuntiva, que se manifiesta con ojos rojos e irritados. No causa dolor, pero si se complica puede traer consecuencias graves. Para evitar problemas, es ideal ocupar lentes de agua al nadar en las piscina.

MICOSIS : Es una infección producida por hongos, que se desarrollan en ambientes húmedos, atacando pies y uñas. Es de carácter contagioso, ya que se transmite de manera directa (entre humanos y animales) o indirecta (ambientes húmedos contaminados). Los lugares públicos como baños, vestidores y piscinas son algunos de los sitios donde se puede entrar en contacto con esta infección, ya que su aparición se ve favorecida por la humedad y el calor. Para prevenir este cochino hongo, se debe realizar un buen secado de pies y ocupar chalas en el área de la piscina.

¿Cómo reaccionar si alguien se está ahogando? 

En caso de ocurrir un accidente, primero se debe sacar a la persona del agua y comprobar si responde a estímulos. Luego, ubicar al paciente sobre una superficie dura como el suelo e iniciar compresiones torácicas enérgicas y rápidas en el centro del pecho, con frecuencia de por lo menos 100 por minuto. Hay que intentar despejar la vía aérea mediante una maniobra de inclinación de cabeza y elevación de mentón, para luego administrar 2 ventilaciones boca-boca en adultos y boca-boca nariz en niños pequeños. "Éstas deben seguir una secuencia de 30 compresiones torácicas, luego 2 ventilaciones para rápidamente volver a realizar 30 compresiones, seguidas de 2 ventilaciones y así hasta que el paciente recupere el conocimiento o llegue personal calificado a relevarnos", explica la doctora de Help, Ana María Bravo.

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