El ex actor de Los Venegas sufre de alcoholismo hace 25 años, cuadro que aumentó tras la muerte de su padre, la cesantía y un accidente que lo tuvo al borde la muerte.
"Alberto ha sufrido alcoholismo toda su vida. Desde que lo conocí hace más de 25 años ha sido bueno para tomar. Se ha internado, pero dura sólo unos días", así narra Mauricio Larrea, amigo de Alberto Zará, el calvario que el ex hombre de Los Venegas vive día a día.
Luego que el fin de semana pasado un vecino de Plaza Yungay subiera fotos mostrando el complejo pasar del popular "Elvis", el temeroso guardia de la serie de TVN, la escena artística se interiorizó del delicado momento que vive el hombre de 57 años.
Larrea llegó a vivir con el turco hace tres meses. La situación de Alberto era muy compleja en ese momento. Llevaba mucho tiempo sin bañarse, mendigaba dinero en el barrio para alcoholizarse con petacas de ron o whisky de dudosa calidad, tenía algunos entreveros verbales con sus amigos y su alcoholismo crecía día a día.
Pese a lo que vive Zará, él nunca ha estado solo. Su familia y algunos amigos los han intentado ayudar, pero lidiar con el actor es complejo. "Todos queremos mucho a Alberto, pero también sabemos que es una persona muy difícil de llevar. Los papás de él lo quisieron mucho, fue muy mimado y aún piensa que todo es así", añade Larrea, quien se encarga de sus comidas y que tenga todas las comodidades.
El artista. Hace cinco años Alberto tuvo un grave accidente. Una noche de borrachera cayó desde el segundo piso de su casa. Terminó con varias costillas fracturadas, un pulmón perforado y un tec cerrado. Estuvo cerca de la muerte.
El fallecimiento de su papá, la separación de su mujer e hijas y la falta de pega recrudecieron la pena del también director.
"Yo lo siento como un hermano, sus papás me ayudaron cuando yo estuve mal y esto es lo mínimo que puedo hacer. La hermana todos los días habla conmigo para saber cómo está, preocupada de que no le falte nada, hace poco le pagamos un tratamiento dental porque le faltan algunas piezas. Él no tiene necesidades económicas, pero es tan inteligente que logra persuadir a la gente para que le de plata, y con eso compra copete a escondidas", dice Larrea.
Zará no oculta la realidad y es claro en decir que "tengo un problema con el alcohol. Me gustaría que me pudieran ayudar, que le digan a la gente que me rodea, qué hay qué hacer. Estoy dispuesto a recibir un tratamiento", el que correría por cuenta de Daniel Fuenzalida y Contradicción.
La mente de Alberto se mantiene lúcida. "Yo le muestro mis textos y se los aprende de un día para otro. Él tiene que sanarse. Si en unos meses hay avances yo lo puedo incluir en mi compañía de teatro, Alberto sabe que será así, pero debe poner de su parte. Cuando estaba en la tele también era alcohólico, siempre lo ha sido, pero ahora necesita ayuda para salir adelante", cuenta Larrea.
"Me gustaría volver actuar para tener plata para mis hijas y recuperar la dignidad que perdí", dice Zará, quien tiene dos niñas de 15 y 18 años, a las que no ve constantemente, pero sabe que las puede recuperar y logra lidiar con la enfermedad.
De Los Venegas el único que sigue visitándolo todas las semanas es Alberto Castillo, Gonzalo en la ficción, mientras que esta semana, la diputada Carolina Marzán (Paolita) también prometió su ayuda por medio de Sidarte y Chile Actores, que siguen de cerca el caso de Zará.
"Me acuerdo que el Elvis fue un personaje muy lindo, al que le fui agregando cosas para que resaltara, era un guardia cobarde, hacia puros condoros no más (...) Que se acabaran Los Venegas contribuyó a la depresión", sostiene Alberto, quien buscará la recuperación y el volver a sentir la pasión de la actuación, sabe que depende de él.
Columna Daniel "Huevo" Fuenzalida: Camino a la rehabilitación
Muchos recordábamos al actor Alberto Zará en el rol de Elvis Soto, el guardia de seguridad de la serie "Los Venegas". Su alejamiento de la TV coincidió con una grave situación económica y una adicción al alcohol. La ayuda era más que necesaria, era una obligación de quiénes trabajamos en la industria.
Pero Alberto Zará es la cara visible de miles de compatriotas que son azotados por la pobreza y una enfermedad que no discrimina: el alcoholismo. Y hoy en Chile, cuando se habla de solidaridad y equidad, se requieren hacer acciones concretas. Una de ellas es ayudar a superar los problemas de salud, a través de un tratamiento, a un hombre de 57 años que ha sido golpeado con fuerza en esta vida.
El caso de Zará remeció a la sociedad y muchas personas se preguntaron, ¿cómo un hombre talentoso, conocido y profesional llega a este estado? La respuesta tiene muchas aristas. La principal -según mi experiencia en rehabilitación- es el alcoholismo como enfermedad base. Hasta que una persona no sea dada de alta, irá a la deriva y con nulas posibilidades de salir adelante.
Y para lograr la recuperación, lo principal es la voluntad para salir adelante. Los medios de comunicación se han encargado de dar a conocer su realidad y han evidenciado el deterioro en su salud. Tanto así que ha dicho que "preferiría estar muerto". Lo positivo en todo este cuadro es que Alberto quiere superar sus problemas y esa es la piedra angular de cualquier rehabilitación.