Para Gabriel León es preocupante que los padres dejen de vacunar a los menores. "No solo dejan a sus hijos desprotegidos, sino que es más fácil que existan brotes de enfermedades infecciosas", aseguró.
El movimiento antivacunas se fortaleció en los últimos 20 años, luego que en 1998 el médico británico Andrew Wakefield vinculara el autismo con la vacuna contra el sarampión, rubéola y paperas.
Aunque posteriormente se le prohibió ejercer la medicina y se denunció que su estudio era con fines comerciales, su propuesta quedó en la conciencia de miles de personas que comenzaron a descartar la vacunación de sus hijos.
En Chile, según la encuesta de Monitoreo de Indicadores y Percepción del Sistema de Salud Chileno de la Universidad San Sebastián, "la gran mayoría de los encuestados coincide en que el rol del Estado frente a los padres que no quieren vacunar a sus hijos debe ser educar".
Para Gabriel León, académico adjunto del Centro para la Comunicación de la Ciencia de la Universidad Andrés Bello, "el impacto mayor que tienen los llamados de los antivacunas, considerando que es un grupo pequeño en Chile, es convenciendo a otros padres que estén en la duda eventual de no vacunar a sus hijos. Es preocupante porque no solo dejan a sus hijos desprotegidos, sino que es más fácil que existan brotes de enferme- ¿Y en que nos ayudan los plan es de inmunización? Cuando te vacunas te proteges a ti mismo de una enfermedad infecciosa, pero al mismo tiempo te sacas de la cadena de contagio. Al no contagiarte, ya no contagias al resto. Hay una especie de solidaridad social al vacunarse, porque tu dejas de transmitir enfermedades y eso es particularmente importante en niños que son muy pequeños, adultos mayores y en enfermos crónicos.
- ¿Pero mucha gente no se vacuna?
Así es. Pero esto es muy simple. Por ejemplo, desde que se introdujo el uso obligatorio del cinturón de seguridad, las lesiones por accidente de tránsito han disminuido, tanto en su magnitud como en su frecuencia. Pero eso es porque usamos el cinturón. Sería bastante torpe pensar que ahora no hay que usarlo, porque hay menos heridos. En las vacunas es parecido. Hay menos enfermedades, pero es porque tenemos vacunas. No por eso hay que dejar de usarlas, si no esas enfermedades van a reaparecer.
- Y los costos para el Estado?
La vacunación es una de las intervenciones más costo-efectivas que hay en términos de salud pública. Es decir, el dinero que gasta el Estado de Chile a través del programa nacional de inmunizaciones, al ofrecer vacunas gratuitas a la comunidad, es mucho más bajo que el costo de tener que tratar a la población cuando se contagia de estas enfermedades.
- O sea, además es útil…
Han mostrado ser tremendamente efectivas. Hay una enfermedad que ya no existe en el mundo: la viruela. Nosotros la erradicamos a punta de vacunas. La aplicación a gran escala en todo el mundo permitió eliminar ese virus.