Desde aquel 1 de abril de 1991 -hace exactos 30 años-, diversos antecedentes, relatos y presuntas responsabilidades se develaron con el correr del tiempo. "Un camino especialmente doloroso", plantea Marcelo Moreno Guzmán, sobrino del fallecido fundador de la UDI.
Una vez que el senador cayó sobre su hombro derecho, Luis Fuentes Silva decidió conducir el Subaru Legacy gris hasta la sede de la UDI, en la comuna de Providencia, para pedir ayuda. De otra manera, no lograría cumplir a tiempo la última instrucción de su jefe, quien segundos antes -y luego de ser baleado por un desconocido- le habría solicitado explícitamente: "Lo más rápido al Hospital Militar".
Eran cerca de las 18:30 horas del lunes 1 de abril de 1991 y Jaime Guzmán estaba gravemente herido. Así lo comprobaron Juan Díaz Sepúlveda y Pedro Páez, militantes del partido que se encontraban en la casona de Suecia 286. Luego de responder al llamado de auxilio de Fuentes, ambos jóvenes subieron al vehículo e iniciaron una desesperada carrera contra el tiempo... y el tránsito. Guzmán, con un rosario en sus manos, aún vivía.
Pese a la veloz reacción, el fundador de la UDI falleció tres horas más tarde. En el recinto médico se constató que presentaba heridas a bala tóraco abdominales complicadas, anemia aguda, shock hipovolémico, estallido hepático y perforación gástrica.
A 30 años del asesinato, cabe preguntarse: ¿Cómo se produjo este crimen? ¿Y por qué Jaime Guzmán?
"Ni un minuto antes"
Jaime Guzmán Errázuriz nació en Santiago el 28 de junio de 1946. Luego de dar sus primeros pasos académicos en el Colegio de los Sagrados Corazones, y con solo 16 años, comenzó a estudiar derecho en la Universidad Católica. A los 22, ya impartía clases de Teoría Política y Derecho Constitucional en la casa de estudios, dándose a conocer públicamente a través de columnas en diversos medios de comunicación.
Opositor de la Unidad Popular, el académico fue nominado para integrar la comisión que redactaría la Constitución de 1980. Para varios, su gran obra. También fue fundador de la Unión Demócrata Independiente (UDI) y su presidente entre 1983 y 1987.
Una vez finalizada la dictadura, Guzmán fue electo senador por la circunscripción Santiago Poniente, posición política desde la que rechazó la reforma constitucional que otorgó al Presidente de la República la facultad para indultar a condenados por delitos terroristas. Así lo expuso en el Congreso el sábado 23 de marzo de 1991, una semana antes de ser asesinado:
"Votamos en contra de esta reforma constitucional, porque somos contrarios a que personas condenadas por delitos terroristas puedan ser indultadas por la sola voluntad del Presidente de la República, quienquiera que éste sea (...) porque, tanto en la campaña electoral de 1989 como hoy, discrepamos del programa de la Concertación en materia de indultos. No podríamos sentirnos actuando de modo consecuente con ello si concurriéramos, ahora, a ampliar el ámbito del indulto presidencial", expuso.
Rosario Guzmán Errázuriz, hermana del senador, declararía luego de su muerte que, pese a los riesgos a los que su familiar se exponía debido a las posiciones políticas que adoptaba, jamás estuvo dispuesto a transar sus ideales. Esto, tras diversas amenazas recibidas y que, incluso, habrían generado una sugerencia por parte su madre, quien le pidió moderación y adoptar medidas de seguridad.
En Mi hermano Jaime, Rosario reveló una íntima charla con el legislador, días antes de su deceso. Hablaron sobre la posibilidad de un atentado, y él afirmó: "Nadie se muere ni un minuto antes de lo que Dios lo tiene contemplado".
El crimen de Jaime Guzmán
El primer día de abril de 1991, Jaime Guzmán salió de su clase de Derecho Constitucional en el Campus Oriente de la Universidad Católica. La mirada de un hombre desconocido lo obligó a retornar a la oficina de la secretaria, a quien le pidió que fuera en busca de su chofer. "Luchito" -como le llamaba Guzmán- subió a su encuentro y bajaron juntos.
Ya en el vehículo, Fuentes condujo lentamente, debido a la presencia de alumnos que circulaban por el sector. Cuando esperaban en el semáforo de la esquina de la calle Battle y Ordóñez con Regina Pacis, fueron abordados por un sujeto que -según el relato de "Luchito"- "caminaba en forma diagonal hacia el tapabarros delantero del automóvil (...) y que llevaba algo en las manos que oprimía contra su cuerpo (...) En una fracción de segundos en que él (conductor) se preocupó del tránsito, sintió un disparo y al señor Guzmán que le decía 'Luchito, nos disparan'; ante lo cual aceleró a fondo, alejándose a gran velocidad".
"Es el mismo que vi adentro", habría reconocido Guzmán.
De acuerdo a testigos, múltiples disparos fueron dirigidos a la ventana derecha del vehículo, donde estaba sentado el docente y senador. María Paz Valdivia, quien salía de la universidad a esa misma hora, dijo haber visto a dos sujetos corriendo, uno de ellos portando un arma de fuego, antes de subirse a un automóvil negro en el cual partieron velozmente.
Entre la confusión de decenas de personas y el terror de un conductor que debía llegar cuanto antes al Hospital Militar, se iniciaba una larga investigación para esclarecer el insólito ataque armado a plena luz del día. Un atentado que le quitó la vida a Jaime Guzmán.
¿Quiénes asesinaron a Guzmán?
Al menos cinco nombres han sido vinculados al crimen de Jaime Guzmán. Se trata de altos jefes y miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) que, con el correr de los años, debieron enfrentar diversas causas por este y otros delitos.
Galvarino Apablaza ("Comandante Salvador") y Mauricio Hernández Norambuena ("Comandante Ramiro") serían los autores intelectuales del asesinato del senador UDI. Mientras que el primero está en Argentina desde hace más de 20 años y no se ha autorizado su extradición, el segundo cumple dos condenas, de 15 años cada una, por el crimen del senador Jaime Guzmán (UDI) y el secuestro de Cristián Edwards, respectivamente.
Hernández Norambuena pasa sus días en la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago, desde donde protagonizó una polémica entrevista televisiva. Hace algunas semanas, consultado sobre el crimen de Guzmán, apuntó a un "ajusticiamiento".
En tanto, Raúl Escobar Poblete ("Comandante Emilio") y Ricardo Palma Salamanca son sindicados como los autores materiales del asesinato del abogado.
Luego de ser detenido por secuestrar a una mujer en México -donde se escondió durante 20 años bajo una falsa identidad-, Escobar Poblete fue condenado a 60 años de prisión por la justicia de ese país. Cumple la pena desde 2019.
Por su parte, Palma Salamanca -uno de los frentistas que se escapó de la Cárcel de Alta Seguridad en 1996- fue detenido en Francia tras más de dos décadas prófugo. El país europeo le concedió asilo político.
Si bien Enrique Villanueva Molina ("Comandante Eduardo") niega su participación en la planificación del crimen de Jaime Guzmán, fue condenado a cinco años de libertad vigilada, luego que "Emilio" lo vinculara -en una entrevista de 2010- con el asesinato. En junio de 2017, también se detuvo y condenó por el atentado a Marcela Mardones ("comandante Ximena"), quien cumple condena de diez años y un día.
"Un camino especialmente doloroso"
"Tenía 15 años. Jaime era mi tío, pero también mi padrino, así que teníamos una relación muy cercana. (El crimen) Fue un día lunes y habíamos estado el sábado juntos, en la noche, en un evento familiar".
De esta manera, Francisco Moreno Guzmán -abogado UDI y exsubsecretario de Hacienda- recuerda el momento exacto en que se enteró del ataque.
"Lo primero que escuché al otro lado del teléfono fue 'balearon a Jaime', pero en ese mismo momento, para tranquilizarnos, nos dijeron que sólo le habían rozado un brazo, pero sabemos que la verdad era distinta. De hecho, murió a las pocas horas del atentado", detalla a La Cuarta.
El también candidato constituyente por el Distrito 8 asegura que "esas balas llenas de odio podrán haber apagado su voz, pero lograron que un país entero se uniera contra la violencia y contra el terrorismo. Chile necesitaba paz, en esa etapa tan temprana de su recuperación a la democracia".
"La vocación por lo público está en mí, obviamente, desde que mataron a Jaime", revela.
Sobre el crimen, Moreno Guzmán reflexiona: "La violencia política es la violencia más irracional de todas; que una persona sienta el derecho de terminar con la vida de otra solamente porque piensa distinto es algo especialmente abusivo y contrario al más mínimo respeto a los derechos humanos".
En la búsqueda de justicia, el familiar de Jaime Guzmán devela un escollo. Una red.
"Han pasado 30 años desde el asesinato y como familia ha sido un camino especialmente doloroso porque nos hemos encontrado con una verdadera red de protección de los asesinos de Jaime", dice.
"Es una red de protección para provocar la impunidad. Nosotros sentimos que no solamente está en nuestro país, sino que también en el extranjero", sostiene Moreno Guzmán, en relación a los casos de Palma Salamanca (Francia) y Escobar Poblete (México).
Respecto al caso de Galvarino Apablaza, indica que "está en Argentina con el apoyo del gobierno de izquierda de Alberto Fernández".
De acuerdo a la ex autoridad de Gobierno -y que renunció a Hacienda en noviembre de 2020-, la impunidad "es especialmente dolorosa para la familia. Todas las familias que han perdido un ser querido -y empatizo con las familias que perdieron seres queridos durante el régimen militar- esperan verdad, esperan justicia. Eso va a generar que el día de mañana podamos buscar la reconciliación, tan necesaria para nuestro país".
Nueva Constitución
Consultado sobre el legado político de su tío, Francisco Moreno Guzmán dice que "Jaime Guzmán fue una persona muy gravitante en la política chilena, porque su compromiso político se dirigió al reencauzamiento institucional después del Golpe. Ese fue un aporte muy profundo, hay un compromiso por recuperar nuestra democracia".
"El aporte de Jaime Guzmán a la política chilena, en épocas difíciles, es especialmente valorable y no me cabe duda que la historia sabrá asignarle su adecuado lugar", complementa.
¿Qué pensaría el fundador de la UDI sobre el proceso que busca modificar la Constitución de 1980? "Jaime era una persona muy abierta al diálogo, a los acuerdos, a los consensos. Le tocó participar en una época muy difícil para nuestro país, desde el punto de vista político, pero a pesar de las diferencias fue capaz de ir construyendo acuerdos (...) Y ese espíritu es algo que, justamente, a mí me inspira. Jaime Guzmán habría estado como todos, muy de acuerdo, en que la constitución de los 80 ha permitido un desarrollo muy importante, pero que, como toda constitución, requiere cambios y modificaciones que se ajusten a lo que estamos viviendo en la actualidad".
En ese sentido, su sobrino de Jaime Guzmán plantea su deseo: "Quiero ponerme a disposición de todas las personas del Distrito 8 para generar los acuerdos necesarios en la convención constitucional (...) Me interesa el diálogo, llegar a acuerdos, y creo que puedo ser un aporte para la discusión de una Constitución".