Lucho salvó con grosso GPS la minipyme con ruedas

Hace 6 meses que Luis Villar (58) decidió colgar los botines como colectivero, pega en la que estuvo 14 temporadas sin novedades en el frente, para cambiarse a la división de los taxis.

Todo transcurría con normalidad en su nueva función. En la radio sonaba la canción de Ricardo Arjona sobre un taxista que se come a la mansa rucia, mientras que Luchito aceleraba para agarrar pasajeros y llevar el sustento a su hogar.

Pero como el destino tiene caminos con muchas aristas, atajos y caminos en mal estado, en la esquina de Alameda con Matucana a Villar lo hizo parar un perico que no se parecía en nada a la woman del guatemalteco.

Villar, quien tiene dos hijos que también laburan como taxistas, paró la máquina Nissan V-16 para hacer la carrera.

ENCAÑONADO

El supuesto pasajero -que para mala suerte de Villar resultó ser un malandra- le pidió que lo llevara a un sector de Renquita.

El afectado detalló que "esta persona tiró del fierro de mano y me encañonó con un arma de fuego en las costillas. En ningún momento caché que me iba a asaltar".

Pensó: "Me la juego o entrego el auto. El dueño del auto me dijo: 'El día que le pase algo entregue el vehículo porque tiene GPS y lo vamos a encontrar a donde lo tengan'".

Fue así como el hombre entregó el auto, solicitó ayuda en un almacén de Cerro Navia donde quedó tirado y llamó a Carabineros.

En todo caso, gracias al GPS, desde la central monitoreaban todos los movimientos del taxi robado.

Tamaño antecedente permitió recuperar el vehículo en menos de una hora, pero lo penca es que el ladronzuelo escapó porque en un equipo de comunicación interna que se le cayó a Villar el caco escuchó que lo tenían en la mira.

Para no llevárselas peladas, el delincuente se apoderó de la radio del auto, un celular y dinero. Lo dejó con las luces prendidas, las puertas abiertas y el motor andando.

"Aunque igual uno está expuesto a la delincuencia, con el GPS hay más seguridad para el auto", dijo.

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