Empresario, fondero, mago de la varita amorosa y ex boxeador, el alcalde de Cerro Navia, Luis “Lucho” Plaza, se confesó con La Cuarta al pasar los dos meses más jevis de su existencia en tribunales. Nos cuenta su vida y sus sueños.
Al edil, junto a su colega de Maipú, Cristián Vittori, le toca poner la cara en acusaciones por delitos de cohecho, malversación de fondos públicos, y lavado de activos, en el denominado “Caso Basura”.
-¿Cree que saldrá libre de polvo y paja?
-Voy a salir fortalecido de todo esto, porque tengo todo, todo, documentado y anotado. Ninguna acción ni acto como alcalde de Cerro Navia se aparta de la ley. Siempre he actuado con todo en regla y de frente.
-¿Cómo explica que se vea envuelto en este tete?
-Es un caso levantado en base a mentiras, a acusaciones de personas que han tenido las patas de presentarse en tribunales para mentir ante el fiscal y los jueces. Pero yo agradezco esta prueba, porque voy a descartar una por una cada acusación falsa.
-Y si sale limpiecito, ¿se repostulará?
-Pero claro, pues. Lo voy a hacer, si me están haciendo un favor al acusarme en forma fraudulenta porque saldré más fuerte y será imposible derrotarme.
Se tiene cualquier fe Luis Plaza, quien explica a la pop por qué tiene plata, algo que sus enemigos políticos le enrostran como obtenidos a través de su cargo.
-No me diga que siempre ha tenido plata
-Para nada, a los 11 años, cuando se murió mi padre, entré a trabajar en una tienda de abarrotes del Mercado Central. Trabajaba desde la mañana hasta las tres de la tarde y de ahí iba a lavar copas y platos a un restorán. Así hice mis pesos.
Después la vida de Lucho Plaza tomó rumbos extraños, incursionó en todo tipo de negocios, siempre legales, afirma, pero con una cuota pícara y chucheta.
-Usted tuvo una disco, dicen que de 5 metros cuadrados...
-Sí, tuve una disco en mi barrio, pero no era tan chica, como de 20 metros cuadrados...
-Igual chica, ¿no?
-Sí, pero tenía buena música, luces de disco y calor humano, de hecho muchos se hicieron pareja ahí y ahora ya tienen hasta nietos.
-¿Otro negocito?
-Me dediqué al arriendo de motos. Los cabros del barrio se daban el lujo de manejar algo que no tenían por poca plata.
-¿Empresario artístico?
-Claro, es que puse una de las primeras canchas de patinaje en Santiago, pero en mi barrio. Aplané y embaldosé un terreno de mi abuelo, donde cantaron muchos conjuntos de los 80, como los “Sol y Lluvia”.
-¿Y el “Choro con Sida”?
-Es que siempre buscando emprender me tiré a fondero y puse una marisquería, al lado de mi ramada, con un nombre atractivo. En todo caso, la gente le llamó así, yo puse un cartel donde había un choro zapato y al lado la leyenda “con Sida”. Fue un éxito, jejejé.
-¿Y la “Cacha Fea”?
-Esa era la fonda, que albergaba a la marisquería. En todo caso, el letrero era el dibujo de una cacha de cuchillo muy rota, horrible, y al lado la palabra “Fea”.
Lucho Plaza más allá de los múltiples y pintorescos negocios previos a su gestión alcaldicia, es un hombre dedicado a su esposa Julieta, a sus hijos y a Marlén, su primera hija, quien lo llevó por los caminos del amor y el sufrimiento a raíz de un mal genético que la mató. Pero el hombre es fuerte, y no sucumbe ni ante al trago ni el pucho...
-¿Algún vicio, alcalde?
-No fumo y no me copeteo, apenas beso una copa de champán en Año Nuevo.
-¿Y baila apretado?
-Jamás me curo y siempre en las fiestas, cuando los novios o pololos estaban curados y dando jugo, atacaba yo. Y siempre me fue bien con las féminas.
-¿Y atina aún en la función municipal?
-No, pues, desde que entré a esta pega congelé la varita y soy casi un santo. Todo por mi gran anhelo.
-¿Cuál sería?
-Seguir siendo el mejor alcalde de Chile, uno de los más votados, especialmente en Cerro Navia, donde el 70% del electorado es de izquierda.
-¿Es de pueblo o pije? Porque anda de terno y hasta ojitos de piscina luce.
-Nací con estos ojos y los ternos los uso desde que asumí, antes incluso subía todo engrasado a mis Mercedes Benz.
-Ah, ¿le gusta presumir?
-Sabe por qué uso Mercedes Benz, que me compré con mis negocios antes de ser alcalde, porque quiero que me tomen como ejemplo. Que digan “ahí va Lucho Plaza, que se sacó la mugre trabajando para darse esos lujos, pero lo hizo sin robar ni matar a nadie”. ¿Es malo eso?
Y asegura que, pese a ser bueno para los combos, jamás le aforraría a un rival o enemigo político, aunque ganas y oficio coscachero no le falta.
-¿Se agarró a cornetes?
-Fui boxeador, deambulé entre los pesos gallo y pluma, y alcancé cierta fama. Incluso tuve la chance de boxear como profesional en Estados Unidos, casi me fui para allá, pero estaba mi madre y quería casarme.
-¿Nunca aforró fuera del ring?
-Para ser franco, sí, a un gallo, un lobbysta, que llegó a ofrecerme 20 millones para una concesión de luminarias. Fue un combo y después lo saqué a patadas de la municipalidad.
Dice que desde ahí ni la sombra de alguien que quiera mojarlo: “Se pasaron el dato los lobbystas coimeros y no volvieron más”.