Macabeo le regaló roca marciana el Día del Amor

Muchas mujeres sueñan con que un príncipe azul llegue montado en un semental blanco, con un ramo de rosas en sus manos y el manso anillo de diamantes. Otras, que su Adán le pida que cierre sus ojitos, susurrando  la letra de la canción más cebollenta del mundo y que al mismo tiempo, le baje una estrella del cielo.

A la pechocha Sandy Roco, de 22 añitos, ninguno de estos sueños se le hizo realidad en la nortina ciudad de Copiapó, le ocurrió algo más pulento.  

Fíjese que su enamorado, Jorge Monsalve (43), no encontró mejor cosa que sorprender a su jovenzuela novia con un pedacito de piedra. Y no es que el señor de las 4 décadas haya estado enfermo de cálculos en su vesícula, ¡No, señor! El compipa se fue en una volá interplanetaria y dejó con los ojos blancos de asombro a Sandy, cuando le puso en sus manitos, un trozo de meteorito que encontró hace un tiempo en el Desierto de Atacama.

"Tengo como hobby ser cazameteoritos. Entonces, como todos se engrupen a las chiquillas con que quieren bajarles una estrella del cielo, yo quise ser más original y le obsequié para el día del amor un meteorito", cuenta el romeo del espacio.

Y aunque el pedazo de piedra no se compara con los grandes meteoritos que se ven en las fantásticas películas de gringolandia, igual la lolita quedó todita cocoroca con su obsequio galáctico.

"El tamaño de la roca no importa. Lo que más me emocionó y me llenó el corazón de felicidad fue el gesto que tuvo mi amorcito, porque es un regalo imposible. Además, lo que hace más grande el detalle, es que no me regaló una estrella, si no un meteorito", contó toda sonriente.

Ambos tortolitos llevan en la tierra una relación de 4 meses, y como siguen conociéndose, todavía no comparten catre. Por eso, con este meteórico regalo la  novia espera que su pololo terrícola pronto piense en algo más grande, vivan juntitos  y caminen al altar. 

"Esto no fue una pedida de mano, pero es algo súper significativo y una gran muestra de amor", chachareó la lindura.

Mientras tanto, Jorge mantiene los pies en la tierra y continuará buscando meteoritos en el desierto, a la espera que llegue del momento de tener en sus manos una roca más grande, pa' que Sandy le dé el "sí" y vivan felices para siempre. ¡Awww!.

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