Macarena Cabrillana le dio una paliza al destino

“Hace más de un año que no carreteo en una disco. Y con suerte me junto con mis amigos”.

No es la clásica queja de una joven de 24 años. Al contrario. Son palabras llenas de orgullo. Macarena Cabrillana Sanhueza no tiene tiempo para fiestas ni trasnoches. Está enfocada en mantenerse como la número uno de Chile en tenis en silla de ruedas. Un logro que obtuvo hace cerca de un mes. “Estoy raja, pero feliz. Vivo un sueño”, dice.

Maquita no sólo está  contenta por estar en la cima del tenis nacional. Otra razón la tiene flotando entre el júbilo y la ansiedad: viajó a Río de Janeiro, Brasil, para participar por primera vez en unos Juegos Paralímpicos.

“Me he preparado al mil por ciento. Ha sido muy duro. Tengo hartos torneos en el año, pero esto tiene una preparación especial porque es un evento mundial”, dice minutos antes de su último entrenamiento en la canchas rápidas del Estadio Nacional.

- La firme, Maquita: ¿vuelves con una medalla?

- Desde que Djokovic perdió en primera ronda en los Juegos Olímpicos, todo puede pasar. Me tengo caleta de fe.

Oscuridad

El optimismo y humor no siempre reinaron en la vida de la joven nacida el 30 de marzo de 1992. A los 16 años estaba sumida en una profunda depre. Sus padres se habían separado y tuvo que vivir en distintos hogares, sin adaptarse. Todo lo veía negro. Y el 2 de junio del 2008 tomó una drástica decisión. “No era feliz. Estaba muy mal porque me guardaba todo, y eso me llevó a tirarme del quinto piso... intenté suicidarme”, relata.

Estuvo un mes en estado crítico en la Clínica Dávila. El diagnóstico médico fue devastador: una paraplejía lumbar L3. Comenzaba otra lucha.

“Ingresé a la Teleton. Fue muy duro porque mis desplazamientos eran casi nulos. Me costaba asumir que tendría que vivir todo desde una silla de ruedas”, cuenta.

Estaba triste y agotada. Necesitaba una motivación para salir del hoyo. Y justo apareció en su vida un profe de preparación física. “Me llevó a jugar tenis y todo empezó a ser mejor. Fue parte de mi rehabilitación. Primero lo vi como un hobby, ahora, bueno... ahora soy la número uno”, chacotea la joven que actualmente ocupa el puesto 27 del mundo en su disciplina.

- ¿Cómo cambió tu vida el tenis?

- Ha sido un cambio increíble. Cuando tenía 16 años jamás se me pasó por la cabeza ser tenista profesional. Era imposible. Mi familia no era deportista. Somos de clase media, pasamos por momentos muy difíciles. Pensaba que mi destino era salir del colegio, trabajar y pagarme un estudio corto. Y todo cambió. Ahora amo lo que hago, viajo por el mundo (ha jugado en los 5 continentes) y represento a mi país.

-¿Quiénes son tus referentes tenísticos?

- Mi identifico con el Nico Massú. Me gusta mucho su garra. Es talentoso, pero además muy luchador y aperrado. Fernando González también es un grande. Nos ha apoyado harto.

- ¿Qué opinas del Chino  Ríos?

- Es un grande. No le importa lo que diga la gente de él. Y creo que eso es muy admirable para salir adelante... sin faltar el respeto, obvio. El quedará en la historia para siempre.

- ¿Qué te pasó cuando apareció una foto de su auto estacionado en un lugar para discapacitados?

- Yo los hubiese encarado. Creo que no corresponde lo que hizo. Hay mucha gente que es así, carerraja, pero no podría estar toda mi vida dolida por lo que la gente hace o no hace. Hay que ponerlos en su lugar, pero tampoco hay que obsesionarse con eso. No soy así.

- ¿Cuáles son tus hobbys?

- Soy buena para ver películas. Me gusta la ciencia ficción, la acción y el terror. Y me encantan las redes sociales. Como estoy muy cansada para salir, me quedo subiendo fotos a Instagran o mirando Facebook o Twitter.

- ¿ Tiempo para pololear?

- Por ahora no.

- ¿Algún candidato?

- Tal vez en en el extranjero...

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