Mirta Ardiles, imputada por el parricidio de su hija, reconoció que "prefiero quedarme en la pieza".
Mirta Ardiles, imputada por los delitos de parricidio e incendio con resultado de muerte contra su hija Melissa Chávez, fue separada del resto de las internas de la cárcel de La Serena.
Según denunció la mujer, sería víctima de insultos por parte de las reclusas. A raíz de esta situación, Gendarmería tomó la decisión de apartarla con el objetivo de proteger su integridad física.
"Prefiero quedarme en la pieza y quedarme ahí porque me siento más tranquila y más segura. Si yo afuera (en el patio) sé que no puedo salir a los otros lugares", aseguró la mujer en una audiencia ante el Juzgado de Garantía de Coquimbo, según reveló BioBioChile.
Uno de los informes que allegó la institución al proceso judicial detalla que "la interna no puede ser conducida al sector de Estadística, en donde se realizan las entrevistas virtuales de los internos en su defensa, puesto que se pone en riesgo su integridad física al encontrarse amenazada por gran parte de la población penal".
Contacto telefónico
Además, Gendarmería concluyó que "la única forma de poder otorgarle una reclusión digna a la interna y que se encuentre en unas buenas condiciones es cambiándola de Unidad Penal. En ninguna otra Unidad Penal de la región va a poder estar junto con la población penal normal".
De acuerdo al citado medio, el abogado de la imputada pidió tener acceso telefónico para comunicarse con su representada y evitar posibles agresiones. La solicitud fue aceptada por el tribunal, que determinó coordinar este contacto entre Mirta y el profesional de forma semanal.