Pedro Pino tiene 72 años y en 1975 aprendió kyokushin en Brasil, una disciplina creada en Japón parecida al karate, pero más frontal ya que los golpes se dan con toda la fuerza posible. El maestro luego viajó a la isla y del mismísimo padre de la disciplina, Mas Oyama, recibió la licencia para enseñar la técnica en Latinoamérica.
Desde entonces han surgido decenas de academias que aseguran impartir kyokushin, pero usan los logos y símbolos registrados por Pino sin permiso del chileno 7° Dan.
Junto con exigir el dinero de la utilización de la licencia que registró como propiedad industrial e intelectual en 1985, el veterano instructor está indignado porque las academias piratas a su juicio carecen de mínimo rigor para instruir a los alumnos y "regalan los cinturones".
BARRIGONES
"No cualquiera puede tener un cinturón negro, demanda por lo menos cinco años de trabajo, tiene que ser un atleta y hay muchos barrigones que los compran", acusó.
El maestro nos pasó una lista en donde identificó academias que imparten kyokushin sin su permiso en Arica, Iquique, Calama, Antofagasta, La Serena, Coquimbo, Valparaíso, Puente Alto, Santiago, Ñuñoa, Conchalí, Concepción, Penco y Los Ángeles, por eso ha intentado demandarlos.
El atado es que la 14ª Fiscalía Centro Norte desestimó la intención de Pino de querellarse por infracción contra la ley de propiedad industrial, porque a su juicio su marca es genérica. Por eso, él mandará una carta de reclamo al fiscal nacional, Jorge Abbott, y a la Contraloría.