¡Manos a la obra! Hay que superar la pobreza en ocho años

Más de dos millones y medio de chilenos viven con lo justo y a veces menos. Para este Bicentenario no sabrán de asados, empanadas ni choripanes, quedarán mirando para la carnicería porque no tienen para darse un gusto. Algunos ni siquiera tienen un techo donde colgar una guirnalda.

Los resultados de la última encuesta Casen dejaron a todos para adentro, pero el Presidente Sebastián Piñera prometió en su primer discurso del 21 de mayo que Chile derrotará la pobreza extrema en 2014 y la pobreza en 2018. 

El ministerio de Planificación tiene pesada la pista, porque son tantos los factores que influyen y convergen en la pobreza, que a veces parece una tarea titánica. No faltan los que dicen que siempre habrá pobres, aquí y en la quebrada del ají.

Pero no por eso se pueden bajar los brazos. Felipe Kast, el titular del Ministerio de Planificación, cree que la tarea es posible y nos contó su fórmula.

Pega y más pega


"El pilar de este gobierno es recuperar la capacidad de crear empleos", explica Kast. Según las cifras que maneja, el nuevo gobierno logrará "duplicar las cifras de empleo que se generaron en los últimos cuatro años".

Los números parecen auspiciosos, todos los índices económicos muestran que la economía va como avión e incluso el Banco Central subió su proyección de crecimiento a un 5.5% para este año. Son excelentes noticias, porque "No hay mejor forma y forma más digna de salir de la pobreza que con un buen trabajo".

El director social del Hogar de Cristo está de acuerdo con Kast, pero hace hincapié en que para vivir con dignidad, las familias necesitan trabajos decentes.

"No basta solamente con aumentar la cantidad de empleos, sino que hay que procurar que esos empleos efectivamente dignifiquen a la personas y le permitan vivir con mayor autonomía para superar la pobreza por su propio esfuerzo", señala.



Cambiar la mentalidad

Para dejar la pobreza en el pasado, el nuevo gobierno inventó el Ingreso Ético Familiar, que debe estar operativo en marzo de 2011 y pretende asegurar un presupuesto mínimo de 250 piticlines mensuales para una familia de cinco personas. Es decir, lo que las personas no logren producir por sí mismas, lo complementará el Estado.

El propósito es bien simple: "Mientras usted encuentra una pega, como yo no me puedo dar el lujo como país de que sus hijos y usted vivan con un ingreso per cápita menor a 60.000, yo le voy a transferir, por mientras, unos recursos para que usted esté por arriba de la línea de la pobreza", explicó el ministro.

Pero la cosa no será a la cochiguagua. Las familias deberán cumplir con varios requisitos, como que los niños vayan al colegio y tengan los controles al día. Los adultos tendrán que estar buscando pega o aprovechando los planes de capacitación que promueve el Estado.

¿Y los que se queden echados en los laureles? "Ellos no recibirán plata del gobierno", sentenció Felipe Kast, sin ningún remordimiento.

Es que la nueva administración quiere cambiar la mentalidad del chileno para inculcar una cultura de deberes y no sólo de derechos. "No teníamos en nuestro lenguaje una mirada que volvía las responsabilidades a las personas".

"Creemos en una sociedad de derechos y deberes. No en una sociedad donde tu te puedes quedar sin esfuerzo, sin empeño, sino una sociedad donde tu tienes que poner de tu parte y el gobierno pone de su parte también para que tú puedas levantarte", explicó.



Benito Baranda tiene sentimientos encontrados con el Ingreso Ético Familiar y señala que la medida podría postergar la discusión sobre los sueldos dignos. Además "Hoy día los más pobres dependen más de los subsidios monetarios del Estado de lo que dependían hace 20 años atrás. Sumar nuevos bonos podría "generar una dependencia que puede ser muy nefasta para la próxima década", argumenta.

Chile Solidario 2.0

La nueva administración encontró varios motes en el Chile Solidario, el programa creado en 2002 con el fin de atender y velar por las personas en situación de vulnerabilidad. En resumen, había un mal diagnóstico y mucha plata se quedaba por el camino.

Felipe Kast reconoce que el programa le gusta y que con un ajuste de tuercas quedará tiquitaca en el primer semestre el próximo año. Uno de los instrumentos fundamentales es el que medirá la movilidad social, para saber bien quiénes son y porqué algunas familias caen en la pobreza.

Pero definitivamente el nuevo chiche será el Ministerio de Desarrollo Social, que tendrá la labor de coordinar los programas sociales de varios ministerios. Pero en las organizaciones hay serios temores de que la cosa no resulte. "Todos los dudamos", dice categórico Benito Baranda.

El caporal del Hogar de Cristo señala que el nuevo ministerio debería tener una relación muy estrecha con la Dirección de Presupuestos, ya que en la práctica es la cartera de Hacienda quien decide dónde va la plata. También hará falta convertirse en yunta inseparable de la Subsecretaria de Desarrollo Regional (Subdere), porque ellos dirigen los recursos a las regiones y localidades más pobres del país. Baranda ve harto difícil que eso se logre.

Felipe Kast también quiere mejorar la Ficha de Protección Social, porque "hay tipos que tienen tres autos y reciben ayuda del Estado y el vecino no tiene auto, ni pega y no recibe nada", explica el ministro.

El Presidente le puso la vara alta al ministro Kast, pero él cree que tiene la fórmula, la plata y el equipo para sacar la pega. El tiempo y la historia juzgarán si lo hizo bien o sus sucesores tendrán motivos para sacarle trapitos al sol.

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