Mapuches de Huechuraba ahora viven en rucas 2.0

Se organizaron, juntaron plata y después de siete años lograron la soñada casa propia. ¡Pero no es cualquier vivienda! En Huechuraba, 25 familias viven hace dos semanas en las primeras casas-rucas de Chile.

Los últimos días de julio, 415 familias que antes vivían de allegadas y en campamentos, trasladaron sus enseres durante toda una noche. "Entregaron las casas a las cinco y media de la tarde y a las seis ya nos estábamos cambiando", cuenta orgullosa una propietaria de las viviendas dinámicas sin deuda.

El esfuerzo de años de reuniones y pellejerías rendía sus frutos. "Estamos contentos, aunque todavía faltan detalles", dice Iris Llafquén, quien se instaló con su esposo y sus tres hijos en una de las 25 viviendas de tres dormitorios y dos pisos hechas bajo la mirada de los mapuches.

Los casas-rucas son únicas en Chile y eso se nota con sólo mirarlas: las fachadas tienen madera de coligüe con un tronco atravesado en forma horizontal, que representa la conexión de la tierra con el universo.

La tradición mapuche dice que el baño y la cocina tienen que estar bien lejitos y por eso, están en pisos diferentes. Pero lo más raro es que la puerta de entrada da hacia el oriente, por donde sale el caregallo, o sea, la parte trasera de la casa.

La alcaldesa Carolina Plaza explicó que "incorporamos la cosmovisión del mundo mapuche para que los vecinos vivan inmersos en su cultura".

Pero los nuevos propietarios quieren más y aseguran que las casas-rucas todavía tienen "detallitos" que mejorar. "Los coligües tapan las ventanas y falta que nos instalen los calefones", dice Iris Llafquén.

Claudia Miranda, presi del Comité revela que también "vamos a cerrar todos los pasajes y así vamos a estar más seguros".

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