Marcela Aranda detalló los escalofriantes abusos sexuales sufridos por parte del padre Renato Poblete. Aseguró que el jesuita la obligó a abortar tres veces.
Un infierno de ocho años fue el que vivió la teóloga e ingeniera mecánica Marcela Aranda Escobar (53) al lado del sacerdote jesuita y excapellán del Hogar de Cristo, Renato Poblete, a quien denunció por una serie de abusos sexuales del que dice ser víctima.
Ambos se conocieron cuando ella tenía 19 años. Por aquel entonces, ella estudiaba Teología en la Universidad Católica y él le prometió que "de ahora en adelante, voy a ser tu padre. Yo te voy a cuidar". Eso fue lo que me dijo y recuerdo hasta el día de hoy", según dijo en exclusiva a Ahora Noticias.
Sin embargo, la amistad entre ambos dio un doloroso giro para ella. "Comenzó a abusarme sexualmente con mucha violencia. Me llevaba donde otros hombres para que me violaran y me golpearan por turnos, mientras él miraba", recordó.
La mujer jamás halló una explicación para el comportamiento de quien le había prometido su apoyo. Tampoco supo si las otras personas que la abusaban eran religiosos, ya que se cubrían el rostro. "Eso pasó los últimos años del abuso, eso me despedazó, me despedazó completamente. yo me sentía una basura", sostuvo.
Además, recalcó que debido a las violaciones sufridas, quedó embarazada. "Lo más terrible y que me hace sufrir es que él me obligó a abortar y no sólo una vez, tres veces. Tres niños que nunca pude abrazar, arrasados por un hombre abominable", lamentó.
Aranda nunca lo denunció debido a sus amenazas y chantajes: "Que iba a perder la universidad, que lo iba a perder todo, que me iba a hacer pedazos si yo decía algo porque nadie me iba a creer a mí. Entonces yo no tenía salida, estaba terriblemente sola, no le podía decir a nadie".
Pese a todo, Marcela Aranda aún dice ser católica. "Por eso le quise dar la oportunidad a la Compañía de Jesús, para que haga investigación diligente y una reparación", concluyó.
Denuncia sin respuesta
Tras varios años de abusos, Marcela Aranda se convenció de denunciar los hechos y contactó con el exprovincial jesuita Juan Ochagavía, a quien le contó todo lo que le estaba pasando. Sin embargo, no tuvo el apoyo esperado.
"Hablé más de una vez con él, pero nunca recibí respuesta. Juan Ochagavía no me ayudó en nada. Nunca me preguntó nada. No sé qué hizo con esa información, porque seguí padeciendo el abuso sexual de estos hombres", acusó.
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