Los que duermen hasta con calzoncillos azules y las que se tatuaron el piquito del búho hasta en una gominola, ayer soñaban con que el motivo de la inesperada visita de Bielsa a Chile era para iniciar un ponceo con la "U".
Y claro, ahora que a Víctor Hugo le pasaron un plumón para que se dibujara la raya, no faltó el afiebrado que se imaginó al Loquito enfundado en el buzo de Castañeda, que por lo flaco que está, claramente, le quedaría grande.
Sin embargo, el sueño duró poco y pronto se supo que el rosarino rajó a Antofa invitado por el curita Felipe Berríos, para participar de la titulación de los primeros egresados del Centro de Formación Técnica La Chimba, gente de esfuerzo que ha debido lidiar con la pobreza y falta de oportunidades.
Claro que la visita del argentino nadie la esperaba. "Fue una sorpresa que me quiso dar. Somos amigos desde la época de la Selección. Es una persona que le dio profundidad al fútbol chileno, es muy humano y he aprendido mucho de él", indicó el jesuíta, quien -incluso- logró llevar a Bielsa a Constitución luego del terremoto de 2010.
Y si bien el "Chifli" llegó al país el miércoles, ayer aprovechó el día paseando por el borde costero y recorriendo las calles del campamento Luz Divina. Ya en la graduación de los "vecinos", se mostró amable y no tuvo problemas en repartir autógrafos y fotos. Un "loco lindo" que no queremos dejar partir.
