Hace cuatro años que la vida le cambió completamente a Marcia Bustamante. Tras dar una dura prueba en la Armada logró convertirse en una salvavidas profesional.
De esta forma cumplió un anhelo que se impuso desde pequeña. Y lo logró bajo el adiestramiento de mejor nadador de nuestro calcetín de tierra: Víctor "Tiburón" Contreras.
Ahora debe velar por la seguridad de los veraneantes de la playa Acapulco, una de las más peligrosas del Viña del Mar para mojarse las patitas.
A tanto ha llegado su pasión por el nado, que su oficio se transformó en una forma de vida hace un montón de años, pese a que sacrifica los veranos en beneficio de los bañistas.
"Aprendí a nadar profesionalmente hace 6 años y tuve una capacitación en la Escuela de Aguas Abiertas durante un año con el "Tiburón", quien es mi entrenador actual. Él me enseñó todas las técnicas de nado y rescate en agua abierta y bajo condiciones naturales extremas", explicó.
Con el "Tiburón", Marcia aprendió a nadar los cuatro estilos reglamentados por la normativa internacional: "La mariposa", definida por un movimiento simétrico de los brazos y las piernas; el "estilo espalda"; "la braza" y el "crowl", el más rápido y conocido también como "estilo libre".
HEROÍNA
El esfuerzo y dedicación con la que realiza su tarea le han valido la admiración de sus pares y de quienes tiene que cuidar.
"Gracias a Dios nunca se me ha muerto nadie en un rescate. He sacado muchos niños y gente adulta", reconoció.
Marcia Bustamante es oriunda de la ciudad de Valparaíso y una de las siete mujeres que se han convertido en las nuevas "Guardianas de la Bahía" de la Ciudad Jardín.
La morocha comentó que con su pega se ha transformado en un verdadero instrumento divino para poder ayudar a la gente, tal como si fuera una heroína.
En el inicio de la temporada de playas 2008-2009, Marcia lideró un completo ejercicio de rescate organizado por la Autoridad Marítima de Valparaíso, donde participaron helicópteros, lanchas patrulleras, una veintena de salvavidas y personal especializado de la Armada.
Luego del entrenamiento, y aún agitada por el duro ejercicio de salvataje, explicó cómo se siente salvando personas en las frías aguas del Océano Pacífico.
"Yo soy un instrumento de Dios. Me siento conectada con la naturaleza por ser mujer y femenina. Pienso que todos los salvavidas somos seres humanos muy simples, y como dijo Jesús, las cosas simples están mezcladas y muchas veces despreciadas", explicó Marcia.
ODIOSOS
Pero las ganas con que realiza su pega se ve empañada por los asopados de siempre. Lo más complejo de su labor es lidiar con los curados que se meten a hacer leseras en las olas.
"Es difícil ver la cantidad de alcohol en los jóvenes que van desde los 13 a los 17 años. Arriesgan su vida sin medir las consecuencias, lo que es muy difícil de manejar".
A Marcia le gustaría que el consumo del copete en las playas fuera sancionado con las penas del infierno. "Nosotros no permitimos el consumo del alcohol, tenemos la instrucción de requisar el alcohol y vaciar las botellas delante de ellos... luego arrojamos todo a la basura, insistió.
"Realmente mi idea es poder rescatar, salvar vidas, darle una oportunidad para que las personas afectadas puedan estar con las personas que aman", reflexionó.
Francisco Bonifaz