Hay estrellas del espectáculo famosas por pedir leseras a quienes los contratan como agua que no moje.
A diferencia de ellos el romántico Mario Guerrero dio una prueba de humildad digna de un aplauso: Ayudó a lavar tres mil platos con un sólo envase de Quik, luego de cantar en un almuerzo ante dos mil personas de Huechuraba.
Con las manos mojadas Mario confesó que desde chico lava los platos apenas termina de comer "porque no es sólo para mujeres. Eso quedó en el pasado".
Los pobladores estaban de fiesta. Celebraban la casa propia en la misma comuna donde habitan gracias a la muni y la asesoría de Un techo para Chile.