Ir a Osorno y no pasar por las picadas del barrio Lynch, es como visitar La Piojera y no salir doblado por un terremoto.
Pero dentro de dos meses habrá que revisar la batería del celular antes de recorrerlo. ¿Pondrán un gimnasio de pokémones? Naaaa... Algo mucho mejor y cercano a nuestra época (si usted tiene más de 35 al leer esta nota): ¡Habrá una estatua del gran Martín Vargas!
“Es bonito que me reconozcan en vida y no cuando uno está muerto”, soltó el ex boxeador que buscó varias veces el título mundial en la época que esta chance se ganaba a combo limpio y no por contratos millonarios.
-¿Cuándo se enteró de esta bella iniciativa?
-Hace harto tiempo que están haciendo el proyecto y se comunicaron conmigo desde el principio. Y es lindo que ahora hayan ganado el proyecto y espero que lo hagan bien.
-¿Cómo?
-Por ejemplo, en Maipú le pusieron al polideportivo Martín Vargas y yo le dije al alcalde que a mí me parió María Edith Fuentes Chávez y no sólo Pedro Vargas. Por lo que le pedí que pusiera mi otro apellido o que saque el nombre, porque hay que hacer las cosas bien.
-Primer aviso, entonces: que pongan su nombre completo...
-Martín Vargas Fuentes. No tengo segundo nombre.
-¿Alguna pose en particular?
-No quiero mi estatua como la de Rocky. Quiero la posición del boxeador y salir con mis pantalones blancos con celeste, mis calcetas blancas con celeste y los guantes rojos.
-O sea, en colores...
¡Claro!
-Y jovencito...
-No pues, si yo tengo mi cara de boxeador. Fíjese que una vez me ofrecieron, en un programa de televisión, arreglarme la cara o la dentadura. Y yo quiero morirme con el rostro que me gané en el ring.
-¿Tamaño del monumento?
-Ojalá del mismo porte mío y no una tremenda we...
-¿Texto?
-“Pega, Martín, ¡pega!”... y mi nombre completo.
-¿Va ir a la inauguración?
-Por supuesto. Nos invitaron a mí y a mi señora, y es un honor que Osorno me reconozca, porque creo que soy el deportista más destacado del sur de Chile. O quizás, de todo el país. Pero no quiero pasar a llevar a nadie ni hablar mal de nadie.
-¿Le gustaría que este fuera el primer tributo de muchos?
-En Osorno está bien. Yo nací y me crié allá y debuté como boxeador un 25 de marzo de 1973.
-Humilde hasta el final...
-La verdad es que me siento feliz con esto. Yo soy un deportista destacado a nivel mundial, donde voy me conocen y me tienen aprecio.
-Un ídolo de veritas...
-Sí, pero lamentablemente nací en Chile. Yo quiero harto a mi país y lo defendería con un arma, si me llaman. Lo malo es que deportivamente y se lo digo a cualquiera, no soy el hombre que describió el periodista chileno.
-Nosotros no fuimos...
-Ojalá pongas todo lo que te digo, porque nunca dormí bajo un puente en el Mapocho o en la Estación Central. Jamás pasé una noche en la Vega o estuve botado en la calle. Todos fueron inventos de un periodista que conmigo comió, tomó y puteó gracias a mí.