Martín y su heredera: "La Feña será tan grande como yo"

El 2004 no hubo nadie que no llorara con la historia de la "Chica del Millón de Dólares". En la película que ganó nada menos que Óscar, el rudo de Clint Eastwood se las daba de entrenador de boxeo, que contra su machismo le enseñaba el arte de los combos a una porfiada cabra chica, que así como tocó la gloria también se fue a la lona de la muerte, por un aletazo maletero y mortal.

Sin querer queriendo y guardando las comparaciones, mucho de esa emotiva historia se repite a diario en Maipú. Claro que los protagonistas, obviamente que esperan que termine en un final feliz: Ojalá con la primera boxeadora chilena noqueando de la mano del gran Martín Vargas.

EL SENSÉI

Hace un año que Fernanda Barahona asusta a todo pokemón que se le ponga chúcaro. Las razones sobran, ya que la quinceañera se chanta los guantes todos los días para empuñar sus ya fuertes y pesadas manos vendadas por su héroe Martín Vargas.

En vez de Barbies, el primer regalo que pidió la Feña fue una bata de boxeo, atraída por las películas de nuestra leyenda viva de los puñetes "que un día vi por casualidad en mi casa".

Sabiendo que si su mami se enteraba la iba a noquear, la Feña un día se consiguió la dirección y partió a rogarle a Martín que la convirtiera en su pequeña saltamontes. Y tuvo suerte, porque al más grande de todos se le ablandó el corazón.

Desde ese día ya ha pasado un año y todos los días el rito es el mismo. La Feña, que es maipucina como su mentor, va a buscar al ídolo a su casa y de ahí lo acompaña a entrenar, donde entre combo y combo Vargas la prepara.

"Ella está todos los días afuerita de mi casa para irnos en mi auto a entrenar al Estadio Nacional. Nunca vi a nadie con el entusiasmo de ella", contó el hombre cuyas peleas congelaban al Chile de los 80. Y aunque suena extraño, porque muchos esperaban que buscara a un hombre como su gran sucesor, Martín confiesa que es la Feña la que en el fondo continuará su obra.

"Todos dicen que Martín dejó la vara muy alta, pero ella es una pequeña semillita mía. Le estoy enseñando todo lo que sé y la Feña sera tan grande como yo. Por ahora quiero que aprenda a no tenerle miedo a los hombres y que ella sea la que mandará en la casa", la describió como sangre de su sangre.

DE VERDURA

Con sólo 15 pepitas, la Feña está más ansiosa que de costumbre en estos días e intenta que sus "uppercut" le salgan tan fuertes como los que Popeye le aforraba al pobre Brutus.

Es que la primera semana de febrero, o sea, a la vuelta de la esquina, se mandará la primera pelea de verdad de su corta vida y la lolita quiere que Martín la recuerde para siempre.

Su "niñita" va a debutar contra los chicos de la Asociación de Coyhaique. "Me pidieron que fuera con ella a la pelea, va a ser su primera pelea oficial y estoy muy orgulloso, porque sé que la Feña es de verdad y no tendrá problemas", dijo el maestro.

¿Y la Feña? "Puede que esté un poquitito nerviosa, pero voy a ganar. Voy a pelear como Martín y así tengo cómo perder". Esta historia continuará...

Por Camila Vásquez

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