Radiografía realizada por Chiledeudas.cl reveló que 1,3 millón de hogares en el país son habitados por personas que arriendan o viven de allegadas. Estos sujetos, además, son de estratos de menores recursos y sin acceso a créditos hipotecarios.
Según un estudio publicado por el Banco Central, la casa propia es el activo más importante de la población chilena, pues concentra la mayor proporción con un 75%, superando a los automotrices y financieros por lejos.
Pero el director de Chiledeudas.cl, Guillermo Figueroa, afirma que lo anterior no es sinónimo de igualdad en el país.
Es que mientras el quintil más ricachón de la población representa el 62% de los activos en vivienda principal, el más pobre apenas supera el 3%, lo que demuestra una importante desigualdad en el acceso a un hogar propio.
Esta realidad se refleja, de hecho, en que 5.760.000 personas en nuestro país no cuentan con su casa propia, por lo que hoy ellos arriendan un lugar para habitar o viven como allegados. Llevándolo a números más detallados, esto representa a 1,3 millón de hogares del país, de acuerdo con Figueroa.
Portazo en la cara
La mayoría de los "sin casa" es de estratos bajos y medios y ha sido afectada por el aumento de las restricciones por parte de los bancos para acceder a créditos hipotecarios, que hoy exigen al menos el 20% de pie -entre otras cosas-, de acuerdo con el jefe de Chiledeudas.cl.
A su vez, el 53,6% de la población chilena cuenta con casa propia pagada, lo que representa a 2,2 millones de hogares. Sin embargo, este grupo corresponde, principalmente, a los estratos de billeteras más gordas, afirma el experto en endeudamiento responsable.
En tanto, el 14,3% de las personas tiene casa propia, pero la está pagando, lo que significa 606.000 hogares que están endeudados con créditos hipotecarios y de consumo, cifra que ha ido creciendo a tasas de 10% en el último tiempo, admite el ingeniero comercial.
En términos de la edad, la mayor parte de las deudas hipotecarias y de consumo están concentradas en hogares liderados por personas de entre 45 y 54 años, aunque la gente se empieza a endeudar más fuertemente a partir de los 30 años, detalla Figueroa.