De acuerdo al Departamento de Extranjería y Migración, esta cifra equivale a más del 70% de los postulantes.
Hasta noviembre de 2018, un total de 82.617 visas fueron otorgadas a extranjeros que se inscribieron en el proceso de regularización extraordinaria, medida que fue impulsada en abril pasado por el Presidente Sebastián Piñera.
Sin embargo, de acuerdo a las cifras del Departamento de Extranjería y Migración (DEM), informa La Tercera, durante diciembre este proceso se aceleró, dando como resultado que más de 110 mil inscritos obtuvieran su visado, lo que equivale a más del 70% de los postulantes.
Por otro lado, a 12.250 personas se les negó el documento por haber llegado posterior al 8 de abril, fecha límite que el Ejecutivo había dispuesto. Por lo mismo, tendrían que realizar el trámite de manera común.
Actualmente, se encuentran en revisión de los antecedentes penales alrededor de dos mil personas. Es por esta situación que el jefe de la DEM, Álvaro Bellolio explicó que "estamos analizando caso a caso con la unidad jurídica, ya que no es lo mismo tener antecedentes por no pagar pensión alimenticia que por condena de narcotráfico".
Pese a la cantidad de visas otorgadas, solo un 20, 8% del total estampó su pasaporte, lo que implica que al tener dicho sticker pueden acceder a un Rut y beneficios estatales. Por ello, Bellolio afirmó que "serán la prioridad 2019. En general, el estampado se demora por factores externos al Departamento de Extranjería y Migración, como conseguir el documento de antecedentes penales del país de origen o reunir los 90 dólares, dos requisitos claves antes de estampar".
Este proceso no ha estado ajeno a las críticas de expertos, dado que cuestionan la "lentitud" del proceso de regularización extraordinaria, junto manifestar preocupación por aquellos que aún se encuentran en condición irregular, puesto a que están expuestos a condiciones laborales precarias.
"Es superpreocupante que el proceso siga demorando y haya miles de migrantes en un proceso formal del Estado, cumpliendo ellos su parte y que no cuenten con un permiso formal para trabajar, sabiendo en la situación de informalidad que deben estar trabajando para conseguir su sustento", manifestó Pablo Valenzuela, exdirector de Incidencia del Servicio Jesuita Migrante.