A pesar de su cojera, un noble quiltro se convirtió en héroe al corretear a tarascones a dos cumas que asaltaron una bencinera en avenida Macul con Los Olmos.
El coludo es un pastor alemán marca chancho que hace 6 años fue acogido por los bomberos del servicentro Terpel.
"En 2005 lo atropelló un auto y después que lo recogimos le armamos una casa con letreros de la tienda Ripley, así que le pusimos ese nombre", contó Manuel Vásquez.
A cambio del albergue, de los cariños en el lomo y de la comida que le dan sus amos y los clientes, Ripley todas las noches se encarga de cuidar la bomba.
"De día se ve tranquilo y la gente lo mira a huevo, pero en la noche como que se transforma. Se pone choro y bravo. Parece que hasta le crecieran los colmillos", dijo Vásquez.
Pasada la medianoche de ayer, dos asaltantes pusieron a prueba a Ripley y el perro demostró que tiene un olfato especial para detectar a los pungas.
Apenas se dio cuenta de que el boliche estaba siendo asaltado, Ripley se arrastró pecho tierra hasta la puerta y esperó que los ladrones salieran para ladrarles y mostrarles los dientes.
"A los dos se les tiró a las piernas y como no los atajó, los salió persiguiendo hasta la vuelta. Los tipos no sabían qué hacer", relató un testigo.
De acuerdo con la policía, los delincuentes resultaron ser Nicolás T.M. (17) y Pablo Torrejón Mendoza (19), los que ocuparon tres cuchillos y un martillo para robarse 80 lucas y la pantalla de un computador.
Mientras escapaban de Ripley, los hampones le tiraron un par de cortes y hasta le dieron un puntete en las costillas, pero el valeroso animal igual aperró.
"Cojea, pero corre fuerte. Lo importante es que asustó a los ladrones y los persiguió y cansó hasta que llegaron los carabineros y se los llevaron detenidos. Le tiraron patadas y cuchilladas y menos mal que no le pasó nada", señaló Vásquez.
"Ripley parece que tuviera un sexto sentido porque es terrible mansito, pero cuando sospecha de alguien se convierte en otro perro. Llega a dar miedo porque las orejas se le paran, las encías se le chupan y parece que le crecieran hasta los dientes. Además tiene un medio pollo que se llama Black", dijo el bombero.
DIVO
Tras sacar patente de rottweiler y chapa de doberman, Ripley agarró papa con su hazaña y ayer no dejó que nadie se le acercara. Se fondeó en su guarida y se asomó un rato para que le tomaran fotos. Incluso se tiró a choro con los cabritos de un jardín infantil.
Los asaltantes fueron formalizados por el delito de robo con intimidación y quedaron presos.
