Un domingo por la tarde de hace 13 años, Ricardo Prieto Moya estaba en su pieza viendo un programa sobre los récords Guinness. Ahí, en la casa de sus padres en San Fernando, partió todo.
El niño que entonces tenía ocho años era terriblemente curioso y decidió cachar si podía emular al hombre que vio en la pantalla.
Escondido de sus padres el pequeño se encerró en el baño. Su intención no era evacuar el almuerzo, sino que desatornilló la ampolleta, la quebró con los dientes y se comió un pedacito. Se dio cuenta de que era capaz y pasarían dos años para que volviera a hacerlo de nuevo.
A los diez años se comió otra ampolleta para saber si había perdido el don, pero no; demoró menos y comió más. Desde entonces no paró y su gracia le ha permitido ganarse la vida.
El "artista" se une a los circos que pasan por su ciudad. Si bien su cama es dura, no se compara a las de clavos, pero igual ofrece su espectáculo de fakir.
"Me visto de forma seria y como ampolletas, me meto clavos por la nariz y trago fuego", explicó.
El muchacho de 21 años ofrece otras alternativas a su público. Desde 2008 se presenta como doble de Ruperto "y también soy el payaso Tomatito, que en vez de comer vidrio come mujeres", bromeó.
- ¿Tu capacidad la heredaste de alguien?
- No, mi papá es bajista de un grupo de rock y mi mamá era cantante.
- ¿Qué tipo de ampolletas comes?
- De cualquiera; de las antiguas, de las ecológicas y también tubos fluorescentes.
- ¿Por lo que haces te han dicho que "estás loco"?
- Muchas veces, pero más veces me dicen que estoy enfermo del mate.
- ¿Has tenido algún problema?
- Nunca, debo moler bien el vidrio con los dientes y pasarlo con agua.
- ¿Sólo con agua?
- Con bebida es más difícil y peligroso por las burbujas, y jamás sería tan tonto para mezclarlo con copete.
- ¿Tienes alguna dificultad para ir al baño?
- No, voy al baño como toda la gente y hago lo mismo por donde mismo, como toda la gente. He comido tantas ampolletas que ya para mí es común comerme una, dos o tres al día.
- ¿Usa papel higiénico o lija del 30?
- Papel doble hoja.
- ¿Cuál es la parte más difícil de proceso de comer ampolletas?
- Para mí nada es difícil, pero lo menos fácil es masticar los vidrios porque un pedazo se me puede clavar en el paladar. Después cuando trago no hay problema porque está todo molido.
- ¿Qué te dice tu pareja?
- Igual a veces me reta, pero le digo que tengo todo bajo control.
- ¿Algún desafío?
- Espero que mis hijos hereden mi capacidad, y también quiero algún día triunfar en la tele como el hombre de los récords Guinness que me inspiró.