El candidato presidencial independiente Marco Enríquez-Ominami anda en helicóptero por Chile, no duda en correr cerro arriba con el terno puesto y le mete información a su mate como si fuera un disco duro, con el objeto de lograr los votos que lo pongan en la segunda vuelta de la carrera a La Moneda.
Así lo constató La Cuarta, que lo acompañó durante un agitado día de campaña. En un puñado de horas, el cabro recorrió Pichilemu, Talca y San Fernando en la aeronave facilitada por el empresario Max Marambio.
Revela que eso lo ha hecho perder varios kilos y que para mejorar su estado físico recibe los consejos de un monje Shaolín.
Ya sentado en la parte delantera del helicóptero, casi no quita la vista de la pantalla de su portátil. "Todos los días son así, contestando mail, twitter, facebook, leyendo los diarios".
Asegura que un futuro gobierno suyo tendrá un sello: "Velocidad, rapidez. Una de las ventajas de mi edad es la energía para estar en todas partes con la gente".
En Pichilemu al candidato díscolo le preguntan por su esposa Karen Doggenweiler, tal como ocurre en otros lados, y una fémina le grita: "Te esperé todo el año, sueño contigo".
LENTES
De vuelta en el helicóptero, la rutina de despegue, vuelo y aterrizaje se repite. Con lentes para ver mejor, ME-O revisa apuntes relativos al debate presidencial que se avecina.
Ya en Talca, el sitio elegido para hacer campaña es el cerro La Virgen, donde numerosas familias disfrutaban las Fiestas Patrias.
Acá el candidato corre para cumplir con los horarios de la agenda, baila cueca y doña Lidia aprovecha la ocasión y le chanta un beso cuneteado. "Cumplimos la meta de llegar hasta arriba del cerro", comenta.
En San Fernando, Marco prosigue su itinerario con una entrevista para el canal Ritmo TV, responde a sus correligionarios y un camarógrafo capta imágenes para su franja electoral.
"Legaliza la yerba, Marco, poh", le arengan a cada rato, aunque él no cree que esa sea la solución, tampoco la negación. Dice que la cosa va por penalizar el narcotráfico.
"Lo que más me gusta de Chile es que hay una alegría espectacular, lucidez, oportunidad. Estamos optimistas de que se puede", remata antes de concluir otra jornada de campaña.
"VAMOS A PASAR A LA SEGUNDA VUELTA..."
Enríquez-Ominami ni se despeinó cuando se enteró ayer, en medio de su ajetreo diario, que La Jefa hizo su pronóstico electoral por televisión y lo descharchetó a la primera. Según ella, la disputa por el sillón de La Moneda será entre el candidato oficialista Eduardo Frei Ruiz-Tagle y el de la derecha, Sebastián Piñera. "Yo creo que (ME-0) no va a pasar a segunda vuelta", aseguró Michelle Bachelet.
Ante este futuro poco esplendoroso que le auguró la mandataria, el díscolo candidato sonrió y dijo que se tiene más fe que novio en luna de miel. "Los chilenos dirán quién pasa a segunda vuelta", planteó tranquilo el perro, pero con la lengua a velocidad de crucero.
"Es evidente que no puede decir otra cosa (...) Bien por ella, pero la democracia se gana en las urnas. Vamos a pasar a segunda vuelta", remató mientras se acomodaba el vestón.
Luis Vieyra O.