El conocido “Loco René” hizo un mea culpa y ofreció disculpas a su equipo de trabajo.
René Puente, más conocido como Loco René, regresó a su casa en la Región Metropolitana luego de un supuesto secuestro que, incluso, habría sido denunciado por sus cercanos a las policías.
De hecho, fue su equipo de trabajo el que puso la alarma en redes sociales.
“Ya hace un par de días se vienen realizando videos y mostrando al tío René en un estado no muy favorable para él. Se le ha grabado sin su consentimiento y se está dañando la imagen de él y de toda su familia”, aseguraron a través de un comunicado.
Junto con confirmar que acudieron a PDI y Carabineros, se rogó compartir la información para dar con el paradero del influencer.
Horas más tarde, en medio de la incertidumbre, el propio René Puente dio sus explicaciones. “El Tío René no cambia, sigo siendo el mismo y a veces quiero también tener mis cosas, mi casa, mi auto y no me ayudan a tirar para arriba. Quiero a alguien que me apoye y camine conmigo”, explicó el “Loco René”, que se encontraba carreteando junto a unos supuestos amigos en la comuna de San Antonio.
“He tenido dos manager y para qué. Ahora estoy viendo más allá y necesito un buen manager. Nunca me han tenido secuestrado, que el manager no venga a escribir hue...”, agregó.
Volvió arrepentido
Si bien Puente había descartado seguir ligado a su cuenta oficial de Instagram, este martes volvió a aparecer un video suyo en este perfil.
“Aquí estamos. Ya, mi gente, aquí estoy yo con mi equipo de trabajo que ha estado siempre atrás mío”, indicó.
Luego, entregó su versión sobre lo sucedido durante los últimos días, donde efectivamente se alejó de su hogar: “Me trataron mal, me pegaron y no estaba bien. Estoy arrepentido porque traté mal a mi equipo, traté mal a mi familia. Ahora ya estamos aquí en la casita, me voy para Rengo de nuevo”.
Entre lágrimas, René le envió un mensaje a sus seguidores y a un amigo youtuber: “No, mi gente, no somos perfecto. Le quiero pedir perdón a un gran amigo mío, y se llama Diego González. Tú mismo dijiste en una historia que subiste. No era yo, compañero. A mi equipo de trabajo lo traté súper mal, no estaba bien, estuve cuatro días súper mal. Me obligaron a hacer cosas que yo nunca quise hacer”.
“Ya no pienso fallarles más. Estos días me he sentido mal. Ya llegué a la casita, aquí en Santiago, donde me estaba esperando mi familia”, concluyó.
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