Juan Carlos (30) se habría descontrolado por los celos que le generó una decisión laboral de Aida (25). La apuñaló en el cuello y el cráneo, y colocó figuras religiosas al lado del cadáver.
El 14 de febrero de 2015, justo para el Día de los Enamorados, Juan Carlos Campos Ramírez (30) cometió la peor de las atrocidades: descontrolado por los celos, asesinó con un cuchillo a su joven esposa, Aida del Carmen Jara Carreño, de apenas 25 años.
El crimen ocurrido en Paine, en la Región Metropolitana, remeció al país.
De acuerdo a los primeros antecedentes, el sujeto atacó a la víctima durante la madrugada de ese sábado y se entregó voluntariamente a Carabineros por la mañana. Antes, dejó a las tres hijas que tenían en común en casa de sus familiares.
Macabros detalles de la confesión
En dependencias de la 64° Comisaría de Carabineros de Paine, Campos Ramírez reconoció ser el autor del fatal ataque que se dio luego de un discusión. Eso sí, aseguró que amaba a su fallecida esposa. De hecho, a modo de demostrar su arrepentimiento, colocó figuras religiosas junto al cuerpo.
El informe policial no tardaría en darse a conocer: la mujer de 25 años murió producto de siete estocadas en el cuello y una última en el cráneo. Todo esto, en presencia de las niñas.
Por orden del Ministerio Público, el caso quedó en manos de la PDI. De hecho, una vez que fue trasladado por la policía civil, el homicida habló por primera vez públicamente, cuando fue abordado por la prensa. “Quiero despertar de esta pesadilla, es lo único que pido. Me quiero morir”, dijo.
Motivo del crimen y antecedentes
Según se supo, Aida había decidido comenzar a trabajar como temporera para obtener ingresos extras y arreglar su casita. Sin embargo, Juan Carlos no toleraba que la mujer compartiera con otras personas.
“A él no le gustaba que ella trabajara o que saliera. Ella siempre que salía a comprar lo hacía con las niñas, nunca salió sola”, contó Antonio Jara, el padre de la joven asesinada.
Antes de la formalización, distintos antecedentes salieron a la luz gracias al testimonio de familiares y vecinos: si bien se conocían episodios marcados por la violenta intrafamiliar, no existían denuncias formales por parte de Aida.
Al respecto, la fiscal Claudia Herrera explicó que el matrimonio “tenía tres hijas menores, la mayor de 10 años, no hay denuncias previas, sin embargo hay declaraciones preliminares de familiares que dicen que hay un historial de 15 años a la fecha”.
“Todo el tiempo que estuvieron juntos hubo un historial de violencia pero nunca fue denunciado por la víctima”, agregó.
Finalmente, Juan Carlos Campos Ramírez fue formalizado y condenado por el delito de femicidio.
El misterio de las figuras
En relación a las supuestas figuras religiosas se refirió una prima de Aida, quien estaba al tanto de los dramas que enfrentaba su familiar debido a su decisión de trabajar.
A pocas horas del femicidio, la mujer habló con el matinal de CHV y aseguró que “hay figuras en el piso. Camila, la hija mayor de él, dice que cada vez que ella hacía la cama de su mamá esas figuras estaban en el piso. No sé lo que significan esas figuras, pero están ahí y algo él había dejado escrito en esas figuras. Pero con todo lo que pasó, nosotros sacamos todo y se limpió un poco el piso, no alcanzamos a leer lo que decía”.