La mamá de la menor la llegó a urgencias porque notó que su hija tenía fuertes molestias. “Se procedió con la compleja intervención y todo salió súper bien”, contó el médico a cargo.
Un impactante caso ocurrió en Perú y afortunadamente los médicos lograron solucionar la emergencia de manera oportuna, y es que una bebé de diez meses tenía incrustado un crucifijo de metal en su pequeño estómago.
La madre de la menor, Mari Carmen Sejami Rosas, dijo a los medios que su hija presentaba molestias y no paraba de llorar. En el recinto asistencial, los especialistas decidieron realizarle un examen de tórax, donde notaron el objeto dentro de la bebé.
Fue en ese entonces que los profesionales decidieron hacer una endoscopia terapéutica para extraer el crucifijo. Luego, la niña pasó a recuperación y recibió constante monitoreo por el personal de salud.
“Le hemos realizado una endoscopia terapéutica, la bebita se tragó un crucifijo, tuvimos que esperar 6 horas para que el estómago esté vacío ya que había tomado su leche”, informó el gastroenterólogo Luis Alberto Esteves Cabanillas a la prensa.
“Luego de eso, se procedió con la compleja intervención y todo salió súper bien. Esto se da gracias a los grandes profesionales que contamos”, sentenció.
La menor ya fue dada de alta y su madre agradeció a los médicos del hospital, ya que su temor evidentemente era que tras este accidente pudiera suceder lo peor.
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