Diosito los crió, el rock los juntó y sus tocatas callejeras los tienen convertidos en la banda impacto de la bohemia capitalina.
Se trata de la banda Ride N' Roll, un trío de metaleros ambulantes y guachacas, que prefieren la empanada de pino y el arreglado con pipeño al whisky o al brandy, cuyos integrantes desde hace 3 meses se dedican a recorrer los barrios carreteros para rendirle tributo al rock más bobi del siglo pasado.
Tal como en el Gran Circo Chamorro, los cabros tienen que hacer de todo: transportar los equipos, enchufar los instrumentos, aguachar al público, tocar y luego pasar el sombrero.
No tienen mánager ni menos un goma que les vaya pasando los instrumentos, por lo que el vocalista tuvo que idear un sistema marca chancho que le permite cantar y tocar la caja y el pandero al mismo tiempo.
"El micrófono lo afirmo con un gancho para colgar la ropa que me pongo en el cuello, la caja me la amarro a la cintura y el pandero lo toco con un pie", contó a La Cuarta Rodrigo Galdames, voz y percusión de Ride N' Roll.
Junto a Rodrigo también le ponen wendi Mario Millar en el bajo y Antonio Ríos, quien le hace moñitos a las cuerdas de su guitarra.
"Tocamos los mejores temas de Led Zeppelin, The Police, Deep Purple, Rush, Survivor, ZZ Top y Scorpions, entre otras bandas", dijo Galdames.
"Estamos convertidos en rockstars, ya que nos han salido varios pitutos para eventos privados de fin de semana y hasta tenemos presentaciones en el bar Celtika del Patio Bellavista", soltó Galdames.
Si se le calentaron las orejas y quiere vacilar con rock del bueno, los muchachos dicen que por 60 lucas se pueden sentar a conversar, "porque la tarifa sube dependiendo del local y del horario, pero la calidad es siempre la misma. ¡Eso nunca cambia!", aseguró Rodrigo.