El impresentable error de cálculo quedó al descubierto ayer, cuando un guardia del banco BBVA, ubicado en avenida Libertad 1385, fue a calentar agüita para el café mañanero.
El vigilante, al igual que en las películas de pésima factura, dejó caer en cámara lenta el tazón al cachar que a sus pies había un tremendo forado.
El centinela llamó al toque a carabineros, quienes se percataron que los delincuentes sacaron las cuentas con un ábaco falsificado, pues el ducto estaba a dos metros de la bóveda donde pretendían abanicarse con billetes frescos.
Los polis luego descubrieron que el túnel de 20 metros de longitud comenzaba en una propiedad aledaña perteneciente al mismo banco, que estaba desocupada.
Los malosos entraron a picar en el baño del lugar, al ladito de un guáter, por si en plenas faenas sentían el llamado de la naturaleza.
"El túnel (que contaba con un sistema de iluminación) tiene una distancia bastante larga y un ancho de un metro y medio o dos metros, que permite el libre desplazamiento de una o dos personas en su interior", dijo el capitán Cristián Becerra, de Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar).
ESCAPARON SIN LAVARSE LAS MANOS
Los porros, al cachar que se habían mandado el condoro, apretaron cachete con las manos peladas. Ni siquiera se robaron el clásico hervidor con sarro.
"Se levantaron posibles muestras de sudor y de células epiteliales que posteriormente, con un análisis de ADN, permitirían identificar a las personas", detalló el poli.
"En el trabajo en el sitio se logró también encontrar diferentes herramientas que habrían sido utilizadas para la comisión del hecho, así como, también, diferentes tipos de vigas de madera que eran utilizadas para mantener la estructura como base en el interior", agregó.
Personal del OS-9 y de la Fiscalía interrogaron a trabajadores de una construcción aledaña, para cachar si vieron algo rarito.