SANTIAGO.- Así la perso tuvieron los caporales de la empresa Gran Santiago, del Transcacho, que este jueves le prohibieron la entrada a la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei.
La guaripola se dejó caer de sorpresa junto a un grupo de fiscalizadores para poner ojo a las condiciones laborales en que ponen el hombro los trabajadores del alimentador de la línea B.
Pese al portazo, los fiscalizadores de la Dirección del Trabajo igual ingresaron al recinto y sapearon que la empresa tenía yayitas graves, como la falta de agua potable y los baños químicos fuera de las instalaciones. La compañía ha recibido varios tejazos por no pescar la ley laboral.
"Nuestro propósito como gobierno es que las leyes laborales se cumplan y vamos a ser implacables en ello. Más que pasar multas, queremos que se cumpla porque así ganan los trabajadores", dijo Matthei con firmeza.
De pasada agregó que "hay empresas que se dedican a quebrantar la ley y a pagar multas constantemente. Con ellos seremos severos y aplicaremos mano dura en la fiscalización". Seguro que los mismos que le cortaron el paso escucharon el mensaje.
Matthei prometió que la Dirección del Trabajo se pondrá las pilas con la fiscalización en todos los sectores.