Fue el propio ministro de Planificación (Mideplan), Felipe Kast, quien se pegó el pique hasta Coronel para entregar sillas de ruedas y bastones para una decena de discapacitados damnificados que habían perdido sus ayudas técnicas por culpa del cataclismo.
Sólo en la Región del Biobío, Mideplan ha gastado 52 palos para la reposición de este tipo de elementos de ayuda.