Milagroso renacer de Pablito Rojo

Ni los golpes con un martillo en su cráneo, ni la pérdida de masa encefálica ni el hecho de agonizar por más de 10 horas lograron extinguir la vida de Pablito (17), quien sobrevivió al criminal ataque de su madre, Jeannette Hernández, la mañana del 17 de enero de 2008 en su casa de Puente Alto.

En realidad, es un milagro que el mayor de los hermanos Rojo tenga una vida relativamente normal.

El sucesivo castigo que recibió en el costado derecho de su cabeza afectó la zona del cerebro del pensamiento abstracto, el lenguaje y la motricidad.

Los primeros meses tras el ataque fueron críticos. El daño neurológico era tal, que nadie apostaba a que Pablito volvería a hablar, pero el adverso diagnóstico médico no se cumplió.

La terapia en la Teletón, obtenida por su propia madre -antes de ser detenida y, el viernes, declarada culpable- y a la que aún asiste, ha sido fundamental en su rehabilitación. El apoyo de su padre y abuelos sumaron para lograr lo impensable.

súper caperuzo

A través de Facebook, el joven comparte pasajes de su vida. Dice que le gusta la música metálica de grupos como Rhapsody, Cannibal Corpse, Iron Maiden y Metallica. "Antes tocaba la batería", recuerda.

Lo más llamativo de su fotolog, y las páginas creadas por su propia mano, son las adornadas imágenes que arregló en forma digital en un sitio web. "Es como photoshop. No es tan difícil y se demora poco", cuenta.

Con ayuda de una página, plasma su rostro en autos, paletas y teles y hasta la polera de Madonna. Gran parte del día lo pasa en la web, donde comenta fotos e ingresa a juegos. Cuenta que aún no va al colegio, pero tal vez vuelva este año.

La sicóloga y perito forense de la PDI, Pilar González, dice que en algunas lesiones cerebrales la recuperación escapa a la lógica. "El sistema nervioso es plástico y cuando pierde una función, trata de suplirla. A veces la recuperación no se puede explicar con la ciencia", asegura.

"ESTEBAN SALVÓ A SU HERMANO DE LA MUERTE"

En la investigación de los hechos ocurridos en la Villa La Capilla 7, la Brigada de Homicidios demostró que con un trabajo científico se puede descubrir hasta el crimen más deleznable y sorprendente.

En casi un año de trabajo, el grupo a cargo del subcomisario Herwin Rojas investigó a más de 1.200 personas y llenó un informe que supera las 4 mil páginas. Todas las pistas llevaron a Jeannette.

Pese al magno trabajo, el arma homicida jamás apareció. "No hubo ni el más mínimo detalle que no se investigara. Para encontrar el martillo secamos canales, buscamos sobre los techos y los sitios eriazos. No creo que aparezca", reflexiona Rojas.

El informe del caso señala que durante la última semana de vida de Esteban, la inocente víctima del caso, Jeannette se enteró de que su esposo Pablo había salido con Miriam, su "amor platónico". También descubrió que éste le había regalado un reloj casi idéntico al suyo y que los "amigos" se llamaban todos los días. Para colmo, encontró un mail con el presupuesto de un viaje al norte para dos personas. El día viernes, Pablo iba a salir con Miriam por "negocios".

ENSAÑAMIENTO

En los dichos de Hernández, Rojas encontró atisbos de cómo ocurrieron los hechos: Pienso que el agresor siguió a mi hijo y lo golpea, pero Esteban trató de refugiarse debajo de la cama, señaló la madre. "Creo que Jeannette afirma lo que ella hizo", cuenta Rojas.

El subcomisario también explica por qué el ataque a Esteban fue con tanto ensañamiento, mientras que Pablo, el primero en sufrir los golpes, quedó vivo:

"Jeannette ataca a Pablito, pero algo hace que deje de golpearlo. Creemos que Esteban se asomó a la escalera y vio cómo agredían a su hermano. El niño no grita, porque se descoloca. Ella dejó de golpear a Pablito porque vio a Esteban. En ese sentido, Esteban salvó a su hermano Pablito de la muerte. Jeannette dejó de golpearlo en el sillón porque vio al hijo menor", reflexiona.

Tras el hecho, Jeannette demostró su frialdad y premeditación para tapar el crimen: Se cambió de ropa y regó el antejardín y el patio por casi una hora, con el único objtivo de ser vista.

"Desde la calle ella grita 'Pablo, dale galletas a tu hermano' o 'Apúrate en levantar la mesa', pero a esa hora los niños ya sufrieron el ataque. Lo hizo pensando en que algún día esas acciones le ayudarían a salir libre", concluye Rojas.

Por Claudio Sanz S.

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