Moverse por la ciudad en el soñado auto propio está lejos de ser una de las prioridades de los millennials chilenos, grupo que corresponde a un tercio de la población, y que no ve en el trasladarse en cuatro ruedas algo tan fundamental para sus vidas.
Es más, las pocas veces que lo hacen, optan por utilizar Uber, Cabify, Beat u otra de las plataformas que cumplan con el objetivo de llevarlos de un lugar a otro dentro de la ciudad.
Claro que no son esas sus prioridades al momento de transportarse, ya que esta generación, que engloba a los jóvenes de entre 21 y 35 años, se ha caracterizado por estar constantemente rompiendo el molde, generando nuevos paradigmas y maneras de concebir la vida urbana.
Así lo define Sebastián Astroza, doctor en ingeniería civil, quien destaca que "el grupo de los millennials tiene un comportamiento distinto al de otras generaciones, no siguen la estructura tradicional de decisiones que se impactan entre ellas a largo, mediano y corto plazo, como dónde vivir, la compra de un auto y el uso de servicio de transportes", explica el investigador del Instituto de Sistemas Complejos de la Universidad de Chile.
Para llegar a estas conclusiones sobre la también denominada "Generación Y", el experto realizó un experimento social en Estados Unidos, donde midió matemáticamente la estructura de las decisiones de los millennials respecto a cómo vivir y el uso de las nuevas tecnologías en el área del transporte de pasajeros.
Entre las cosas que sacó en limpio, Astroza apunta que "este grupo, a largo plazo, elige dónde vivir y esa decisión impacta directamente en la manera en que se transportan, en este caso, el uso de nuevas aplicaciones, como Uber, que es a corto plazo. Luego de estudiar sus posibilidades de usar estas nuevas tecnologías, ellos deciden si comprarse un automóvil o no".
Nuevo paradigma mundial
Aunque el estudio se realizó en la sociedad norteamericana, el experto advirtió que el comportamiento de los millennials nacionales no dista tanto, y que la tendencia a buscar un nuevo camino jamás antes explorado es algo que los mueve. Es decir, a los jóvenes de entre 21 y 35 años ya no les interesa pertenecer a un estatus social mediante la compra de propiedades o automóviles, sino que son otras las prioridades.
"La decisión de comprar un auto es cada vez más tardía en la vida de las generaciones más jóvenes. En Estados Unidos, por ejemplo, se da en ciudades como San Francisco o Nueva York, donde tienen otro método de transporte público eficiente, que por último, se da como alternativa de transporte", aporta el docente.
En su investigación, Astroza se llevó la sorpresa de que prácticamente la mitad de los millennials gringos siguen otro rumbo, alejado del convencional. "En las tres variables que analizamos, dónde vivir, cuántos autos tener y la frecuencia de uso de los nuevos modos de transporte, descubrimos que sólo la mitad de nuestra base de datos seguía la estructura tradicional", resume, algo que en esa sociedad tiene una variable interesante con respecto a Chile: el 90% de los habitantes cuenta con al menos un auto.
Los más extremos
Si bien preferir el uso de Uber en lugar de tener su propio auto ya es algo que impacta en la sociedad, hay otros que incluso analizan sus opciones basándose en las posibilidades que les otorga el transporte público o sus propios medios ecológicos.
Es el caso de Luis Tabilo, quien a diario toma su bicicleta y recorre la distancia que hay entre su hogar en Lastarria y su trabajo, ubicado en Quilín.
"Me preocupo siempre bastante de la movilidad, ya sea en bicicleta, o bien vivir cerca de un metro, es una manera de afrontar el mundo", admite el hombre que representa a un buen lote de millennials made in Chile.