Se tomaron una vivienda que estaba a la venta en La Serena y por irse de lengua, con amenazas, fueron detenidos.
La discreción es una de la principales cualidades que debe tener una persona que utiliza la mímica como medio teatral o de acción artística. Su objetivo es introducir el drama en el cuerpo y expresar las emociones por medio de movimientos corporales.
De estas materias, eso sí, poco y nada conocen los hermanos Nicolás Antonio y César Ignacio Carrasco Sepúlveda, dos mimos que pintaron sus rostros de blanco --al más puro estilo de un cara de nalga-- y junto a Ana María Reyes Mayorga se tomaron el 1 de febrero una vivienda que se encontraba a la venta en la calle Francisco de Aguirre, en la ciudad de La Serena.
La interpretación de estos sinvergüenzas, sin talento, resultó ser completamente opuesta a la de una persona que lleva a cabo este tipo de actos, ya que eran escandalosos, odiosos y más gritones que suegra enojada.
Para que se haga una idea: en vez de tratar de pasar piola, se colgaron al servicio de electricidad, rompieron las cañerías para tener agua en el WC, se agrandaron y contrataron TV cable, pusieron a la venta artículos de dudosa procedencia a través de Facebook y le echaron la foca a los dueños de la propiedad cuando estos le pidieron por las buenas que abandonaran la casa.
"Nosotros nos enteramos por unos vecinos que vieron en la noche una tele encendida. Ellos sabían que la casa estaba en venta y me avisaron, así que partimos de inmediato", contó a La Cuarta Juana Valdivia, dueña del inmueble ocupado a la mala.
¡Fuera!
Poquito les duró el festín a los hermanos Carrasco y Ana María Reyes, pues el 8 de febrero la propietaria llegó al lugar y tras la negativa del trío de abandonar la vivienda llamó a Carabineros, quienes "procedieron a su detención por violación de morada", según indicó la capitán de la 1era comisaría de La Serena, Ana Cárdenas.
De acuerdo a antecedentes policiales, los tres individuos poseen antecedentes penales por los delitos de robo con intimidación y robo por sorpresa, entre otros.
Al día siguiente, los dueños de la propiedad estaban en la casa cuando aparecieron nuevos personajes en el codiciado templo. "Llegaron otras cinco personas y nos dijeron que ellos arrendaban piezas, así que les dijimos que estaban en un error y que lo hablaran con los mimos, que fueron detenidos", dijo Juana Valdivia.
Finalmente, los propietarios de la disputada casa la recuperaron, pero con un lote de daños en su interior. Después de esta amarga experiencia, señalaron, que no quieren volver a ver a los mimos ni en pintura.
Mientras que los vecinos del sector se empaparon de la mímica y, al más puro estilo de esta, les hicieron saber sus sentimientos: sin palabra alguna les dedicaron un "Pato Yáñez" para que no vuelvan más por el sector.
"A los mimos no se les debe estigmatizar. Estas personas que hicieron esto son delincuentes disfrazados de mimos", concluyó la mujer.
Sacar a sinvergüenzas que se toman las casas puede tardar más de un año
Sacar a las personas que se toman una propiedad no es un trámite fácil. La abogada Lya Rojas explicó que se debe "iniciar un juicio civil llamado de precario, este es un procedimiento más breve que un juicio ordinario normal, en donde finalmente se obliga a la persona a hacer abandono de la propiedad bajo apercibimiento de ser lanzado con la fuerzan pública".
El tiempo de demora va a depender del tribunal que tramite la causa, el que es competente donde se ubique la propiedad, puede demorar de cuatro meses hasta un año o más.
Además, se exponen a la comisión de un delito llamado usurpación, el que tiene asignadas penas de cárcel.