Los 270 trabajadores que quedaron en la cuerera tras el derrumbe en la mina San José amenazaron con tomarse el campamento Esperanza si los dueños del yacimiento se van pa'l monte con los finiquitos.
"En total nos deben 1.200 millones de pesos", alegó Luis Rojas, quien calcula que cada minero debería recibir una tucada de aproximadamente cuatro millones de pesos, según los años trabajados en la mina.
Ayer, Lucho y sus colegas intentaron participar en la misa de acción de gracias por sus compañeros rescatados, pero no pudieron meterse a la carpa y de puro picotas, armaron bochinche con bocinazos y pancartas. "No somos 33, sino 300" y "70 días sin plata y sin trabajo", decían los lienzos.
"Estamos felices del salvataje de nuestros compañeros, pero ahora la misión del Gobierno es preocuparse de los 270 mineros que la semana pasada fuimos despedidos por necesidades de la empresa", indicó Lucho.
Durante la protesta los mineros despedidos se mostraron los colmillos con funcionarios de Carabineros, pero el leseo no pasó a mayores.
Rojas recordó que el único billete que los alumbra es el sueldo de septiembre, que les pagaron la semana pasada. "Pero lo que nos urge es que nos cancelen luego los finiquitos y que se ponga una fecha para eso, ya que tenemos miedo que la minera San Esteban quiebre y el monto a pagar baje de 1.300 millones a 900 ", señaló Rojas.
Lo más probable es que los propietarios de la minera declaren, efectivamente, la quiebra debido a las tremendas calillas que tienen con proveedores, trabajadores, AFP y ahora el Estado, que financió el rescate.