Tan enojada estaba la ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), Laura Albornoz, por los femicidios ocurridos el pasado miércoles, que ayer se fue en picada contra los fiscales.
"¿Qué tiene que hacer o decir una mujer para que se le crea cuando denuncia una amenaza de muerte? Por favor, está bien que los criterios de los magistrados sean disímiles, pero no juguemos con la vida de las personas".
Aún más categórica fue al momento de aclarar que para estos casos cuentan con una solución más eficiente: "Existen casas de acogida para la mujer. En la actualidad tenemos más de 90 a disposición de quienes sean agredidas. No hay por qué llegar a estos términos", remachó.
Todo, a raíz de que la noche del miércoles dos celópatas picados se fueron en mala contra sus parejas y las hicieron pebre. Raya pa' la suma: Seis femicidios en lo que va del año y todos preocupados.
ORDEN
El caso de Cerrillos estaba en su clímax, cuando rápidamente pasó a segundo plano, porque Raúl Machuca Castillo (33) mató a su ex, Vanessa Alejandra Bobadilla Riveros de 23 años.
El miércoles, Vanessa paseaba junto a su pololo D.F.S.T. (26), quien luego la dejó en su casa de Ñuñoa cerca de las 12 del día. Su ex pareja Machuca, padre de sus dos hijos, rondaba el sector para secuestrarla.
A la fuerza la subió al vehículo, la llevó hasta su domicilio en Peñalolén, la desnudó, la amarró a la cama, la golpeó y luego le pegó un tiro en la cabeza. Los celos lo consumieron, porque finalmente decidió balearse. Ahora está casi con una pata en el otro mundo en la UCI del Hospital del Salvador.
La vecina María Rivas, relata que Raúl es padre de 4 niños, pero sólo dos son de Vanessa. Es cartonero, callado y que casi no se le veía por el barrio.
El problemita que trae a colación la ministra es porque la magistrada de turno del 8° Juzgado de Garantía, Ema Tapia, recibió el llamado del fiscal Ignacio Pinto para solicitar una autorización de registro de domicilio. Ya se había dado aviso a carabineros. Pero primero pidió saber si se habían inspeccionado otros posibles domicilios de la mujer, ordenando visitar la casa de su madre en Conchalí. Sólo minutos después, emanó la orden para ser ejecutada por los efectivos del OS-9 de Carabineros.