El mandamás de Desarrollo Social y Familia asegura tener buena mano en la cocina y que su especialidad son las prietas, longas y salchichas. "Aprendí a cocinar por necesidad a los 15 años", cuenta.
Como un respiro para relajar la vena después de un día de trabajo en La Moneda, pero que nació desde la necesidad de comer por poca plata. Así define su lado cocinero Sebastián Sichel (42), quien desde junio es ministro de Desarrollo Social y Familia.
El ministro, padre de tres hijos, y que por estos días tiene como misión crear planes que ayuden al desarrollo de millones de chilenos que se las ingenian para hacer crecer a sus familias, cuenta que proviene de una familia de clase media baja, donde pasó necesidades y que muchas veces se vio cara a cara con la pobreza.
Asegura que su primer recuerdo, al ser nombrado ministro por Sebastián Piñera, fue cuando debía calentar agua para bañarse con un tarrito con apenas doce años. Aunque no por eso asegura tener la fórmula secreta y milagrosa para salir de la pobreza.
"Me siento un privilegiado porque estudié y pude desarrollarme, pero no me atrevería a decirle a una persona qué se siente vivir así, porque no me gustaba que una asistente social me dijera que sabía lo que era ser pobre cuando me iba a ver a la casa", relata.
Sichel, o "Seba" como le dicen los cercanos, cuenta que lo más difícil de entrar al gabinete fue el ceñirse al protocolo y a la formalidad. Aún se sorprende cuando un carabinero se cuadra a su paso, aunque dice que si un amigo lo invita a tomarse una chela cerca de la pega no tiene problemas en aceptar, más si la invitación tiene algo extra para echarle al buche.
Justamente esos recuerdos de comilonas lo transportan a su juventud. Relata que empezó a cocinar por necesidad.
"Fue a los 15 años. Mi mamá trabajaba haciendo helado y alguien tenía que cocinar y lo hacía yo. Ella me dejaba un billete de quinientos pesos en ese tiempo y tenía que comprar y cocinar. Esa era mi pega. Aprendí a cocinar puras pastas porque era lo barato. Descubrí que con huevo las pastas quedaban más ricas, también con sopas Maggi. Le echaba leche y quedaban como una salsa exquisita", comentó a La Cuarta el ministro, hincha de Universidad de Chile, de esos que celebró el título en 1994 y fanático del hip hop chileno.
"Crecí escuchando a Panteras Negras y La Pozze Latina, aunque actualmente la mejor es Anita Tijoux. Sus letras dan cuenta de una realidad que solo la música puede dar a conocer", sostiene.
A la hora de lucirse en una comida, Sebastián Sichel recurre a sus recuerdos de infancia y se luce con pastas. El pescado también es parte de su cocina, aunque en los embutidos tiene su mejor expresión de sabor.
"Voy a una carnicería de avenida El Salto, compro la tripa de chancho primero y hago salchichas, muelo lomo de cerdo, longanizas con miel, mostaza y uso pulpa de chancho. La receta es sencilla, un kilo de pulpa, media taza de orégano, dos cucharadas de comino, panceta o grasa de chancho, aliños varios y le agregas frutos secos. También prietas con nueces", asegura el ministro Sichel, que para demostrar que no es puro verso invitó a los trabajadores del ministerio a un mambo en su casa donde las oficiaría de chef.
"La comida es una forma de juntar personas y conocerse. Mis hijos me reconocen como el que cocina en la casa y me llena de orgullo. Para ellos no soy el ministro, soy el que tiene que hacer la comida", concluyó.