El acto sexual es un momento de intimidad para gozarlo, la hora de amar predilecta de una pareja. Sin embargo, poco se conoce, en realidad, y pocos se dan el tiempo para cabecearse sobre misterios, curiosidades o realidades.
La maypría se las dan de intelectuales o letrados en el tema y, al más puro estilo de Ricardo Arjona, filosofan al mundo que han tenido sexo mil veces, pero nunca han hecho el amor. ¡Saaaaa!
Para que te interiorices en el tema, LaCuarta.com te entrega nueve datos curiosos que muchas veces se desconocen de la batalla cuerpo a cuerpo.
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El sexo reemplaza el gimnasio
A la hora del acto sexual, nadie se queda tirado como un pescado en el catre. Al contrario, todos se vuelven acróbatas y se despachan las mejores posturas de su repertorio. Esto ayuda a quemar una buena cantidad de calorías y el cacheteo, en sí, deja pochito e inhibe el apetito.
"Las endorfinas que libera el organismo durante la relación sexual hace que nos olvidemos del estrés y la ansiedad que nos impulsa a ingerir alimentos compulsivamente", afirma Richard Smith, escritor gringo.
Para hacerla cortita -en la lectura de esta nota, por si acaso- algunos estudios sapean que tomarse el tiempo de empiluchar a la pareja equivale a quemar 120 calorías, que un órgano se pitea 27 y que un calugazo bien dado ayuda a desaparecer 60.
2
Ellas gozan del porno
Son varios los machos que han pilado a sus evas mirando películas porno y se han puesto celosos. El pensamiento clásico del galán es que su pareja se pasa rollos con una herramienta XL ajena.
Pero tranqui, chiquillos. No es para alarmarse, sino que para agradecer. Diversos estudios han revelado que las golosas que ven porno, lo hacen por un hábito sexual o estimulación para no tener que hacer un precalentamiento previo. Quieren ir a lo bueno, al toque... ¡Ejalé!
3
237 motivaciones para cabalgar
La Universidad de Texas publicó una investigación donde se señalan 237 motivaciones que tiene el ser humano para dejarlo todo en el ring de cuatro perillas.
Algunas de las motivaciones son "para acercarse a Dios" o "para quemar calorías". Otras: "para pagar un favor", "para cambiar el tema de conversación" y hasta "para quitarme el dolor de cabeza". La voladita.
4
¡Qué horrible!
No es para sorprenderse, ni quedar con la boca abierta de la impresión. Es algo normal. Cerca del 10% de la población mundial es asexuada, es decir, no están ni ahí con poner los ojos blancos con la pareja, indiferente del género.
5
¡Toing!
No es un misterio que cuando a un hombre le dicen "upa", él responde "chalupa" al toque. Así de rápido.
Resulta que al hombre le bastan sólo 10 segundos para alcanzar una erección completa, a diferencia de la mujeres que deben tener una mayor estimulación para que puedan prenderse con escándalo.
6
Mega incursión
Vaya que le gusta el eo, eo a la actriz del cine porno yanqui Lisa Sparxxx. La trabajadora del placer ostenta el récord Guinness, al incursionar en el cuadrilatero del amor con 919 califas.
Su récord dejó iñi piñi al que ostentaba Marianna Rokita, que acumulaba 759 machos en el cuerpo.
7
Orgasmos ¡Uff, qué rico!
Y si se trata de poner los ojitos blancos, las mujeres la llevan. Fíjate, fíjate, fíjate.
En el récord de orgasmos en una hora, una doncella se quedó con el trofeo al contabilizar 134 yes, yes. ¡Uff!
Un récord así deja en la B a cualquier hombre que se le quiera acercar.
8
Cinco contra uno
Es obvio que los hombres que tienen una pareja, amiga con cover o amantes por doquier, son bravos para masturbarse.
El hecho es curioso, pero es así: mientras más cacheteo teng el macho, más testosterona libera y más hot se pone. Esto lo lleva a elevar volantin sin control.
9
Velocidad/ritmo
Al tener sexo, el hombre libera 100 millones de espermatozoides. De ese lote, sólo uno llega a la meta. Eso se sabe. Lo curioso, es que viajan a 18 kilómetros por hora en el cuerpo femenino.
Respecto a otro tema, el cacheteo acelera el corazón y hay que cuidarlo porque puede llegar a 180 pulsaciones por minuto durante un orgasmo. Con eso te puedes ir cortado, pero al otro mundo...
Cinco investigaciones que usaron el sexo en nombre de la ciencia | La Cuarta