Aunque se crió entre cabezas de chancho y chunchules, Marcela Araya escogió el oficio más lindo del mundo y hasta hace un par de meses daba la batalla como una periodista más de esta tierra.
Pero el charchazo que no se lo dio el estallido, acabó aforrándoselo la pandemia. Así que la hizo cortita y, en vez de echarse a llorar por la cesantía, le puso el cencerro a Mr. Corte, una verdadera carnicería a la antigua a su puerta.
"Quedé sin pega y al tiro pensé en carne. Mi viejo es carnicero de hace 20 años y los amigos siempre me pedían, así que decidí irme a la segura", cuenta Marcela, que ya lleva dos meses repartiendo sus manjares por la capital.
Aunque por ahora el corte estella con que se luce es el tomahawk, el brontosaurio sacado de los Picapiedras que es furor ($11.500 el kilo), la gracia de Mr. Corte es que le llena la guata con productos traídos desde el recuerdo.
"Nos piden lengua de vaca o patitas de chancho. Y si lo hacen con anticipación, se las conseguimos", cuenta Marcela, que toma pedidos entre lunes y miércoles para entregar jueves, viernes y sábado.
Por sobre los $20 mil el reparto es gratis en Puente Alto, mientras que el resto de la RM al encargo hay que sumarle 2 lucas y media por el delivery. ¿Un dato? Las longas y priertas son espectaculares y 100% artesanales.
+56974678603 es el celu de la soberana de la carne. Pero la tabla completa de precios la puede hallar en el Instagram @mr_corte_carnes
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