Hay dos posibles autores del engaño más estúpido del último tiempo: El chofer de radiotaxi Carlos Sánchez Mardones (53) o su hijo que disfruta de las instalaciones del exclusivo resort con vista al muro "Colina 1".
El jueves a las 15 horas un empresario colectivero recibió una llamada telefónica en su casa de Lo Espejo. Un tipo le dijo que "afirmativamente" era el teniente Juan Aravena Muñoz de la 42a comisaría de radiopatrullas.
El corrupto policía (que en realidad no existe) le contó que su hijo había sido el responsable de un choque con una doctora, y amablemente le ofreció la posibilidad de evitar que pase a tribunales.
El problema es que la señora pedía 480 lucas para no judicializar el tortazo y dejar al hijo del empresario libre de polvo y paja.
Un horroroso error en el diseño de la artimaña echó por tierra el plan del hombre que se hizo pasar por poli. La víctima llamó a su hijo al celular y el muchacho le dijo que no había participado de ningún accidente. ¡Plop!
Alertaron a los carabineros de verdad que grabaron otra conversación telefónica donde acordaron la entrega de la plata en la casa del empresario. Hasta ahí llegó en auto Carlos Sánchez y recibió feliz de la vida un sobre que en vez de billetes estaba lleno de papel confort. La policía le cayó encima y lo mandó derechito al tribunal de garantía que lo dejó en cana durante 40 días por fraude frustrado mientras se desarrolla la investigación.
"YO NO FUI"
El pelado chico no encontró nada mejor que culpar a su hijo preso. Dijo que presumiblemente su retoño fue quien se hizo pasar por carabinero. Aseguró que lo llamó para pedirle que fuera a retirar el sobre, que después le debía pasar a otra persona. El "ingenuo" calvo asegura que actuó de buena fe, a pesar de que tiene antecedentes por hurto, robo y estafa.
Su abogado alegó que en los dos celulares que la policía le incautó no hay ninguna llamada al número de la avivada víctima, pero eso aún no se ha periciado.
La jueza no le dio bola al chico pelado y llegó a teorizar que su caso podría ser el de un "estafador estafado" al recibir papel en vez de plata.
Sebastián Foncea M.