Motoquera sub 50 no arrugó y se lució pelando forro

Patricia Aravena Inostroza (50), lleva más de cinco años recorriendo todo el calcetín de tierra en su moto. Es miembro del primer club de motoqueras del país, "Ángeles al Viento", y ayer se lanzó en la 4a "Ruta de Las Guapas", caravana de Evas amantes de las motos, la que fue organizada por "Mujeres ProMoto Chile".

Desde lola a Paty le picó el bichito por las motos pero, la falta de tiempo, sus estudios de podología y la dedicación a la familia, no le permitieron cumplir con su sueño.

Sin embargo, sin las preocupaciones de antes y mientras vitrineaba por el feisbuc, un día se topó con el perfil de "Ángeles al Viento", le encantó el grupo y se decidió.

"A mi parecer, el motoquero no se hace, se nace. En un momento determinado de la vida aparece esa pasión por las motos", explicó la caperuza a La Cuarta.

Justo en ese momento, su pierno ofreció comprarle un toco, pero la iñora le dijo que prefería una moto. Lejos de sorprenderse, su marido le dio en el gusto y le regaló una scooter, para que se ambientara al mundo de los motores con dos ruedas.

Con el tiempo, gracias a su peguita de podóloga, que es bien flexible, la doña juntó sus luquitas y logró comprarse tremenda moteli. Desde entonces, no hay quien la frene.

Lo mejor de todo es que su familia la apoya en esta verdadera locura y entienden la pasión de Patricia. "Me fascina. Me gustaría que mis dos nietos siguieran después en esto", cerró la capa.

Sólo chicas

La "Ruta de las Guapas" es una caravana exclusiva para mujeres que rallan la papa con las motos. No importa la edad o profesión, el único requisito es ser amante de este vehículo y estar dispuesta a recorrer Chilito.

"Le llamamos 'Ruta de las Guapas' porque, cuando una se sube a una moto, lo primero que dice una persona es "¡oh, qué guapa!", contó Valeria Vollmer, psicóloga y gestora de la iniciativa.

Asimismo, aclaró que "la palabra 'guapa' significa ser valiente. Para andar en moto tú requieres esa valentía. No es llegar y subirse".

La idea de la caravana fue difundir y empoderar a la mujer motociclista. Se busca sensibilizar a los cumpas con quienes comparten los caminos: autos, camiones, etc.

En su 4a versión, la movida, que se realiza dos veces al año, llevó a una treintena de chiquillas hasta el sector de Quintay, en Valparaíso. Allí disfrutaron del sol, la playita y sortearon hartos premios para enchular sus motitos.

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