El abogado y activista perdió la vida repentinamente en la cárcel donde permanecía desde hace un par de meses. Aún no hay mayores detalles. En 2020 estuvo internado tras un presunto intento de asesinato y desde su regreso a Rusia se encontraba tras la rejas.
Con 47 años, el líder opositor ruso Alexéi Navalny falleció esta mañana en la colonia penal IK-3 en Kharp, prisión apodada Lobo polar, donde llevaba detenido desde el pasado mes de diciembre.
Informa el comunicado oficial de su deceso que “se le practicaron los necesarios procedimientos de reanimación”, pero que “no dieron ningún resultado”. También menciona que “los médicos de urgencias constataron la muerte del condenado” y que “se están estableciendo las causas del fallecimiento”. En tanto, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, aclaró que desde el Kremlin “no tienen información”, de modo que “los médicos tienen que aclarar” lo que verdaderamente ocurrió.
Navalny, abogado, desde hace largo rato era percibido como el máximo opositor del mandato que lleva adelante el presidente Vladimir Putin. En la última década se había arrojado a la lucha por exponer la corrupción de las altas esferas y encabezó algunas de las mayores protestas antigubernamentales.
Llevaba encarcelado desde enero de 2021. Entonces había regresado a Rusia desde Alemania, donde pasó meses en tratamiento después de ser envenenado en agosto de 2020. Él, intentó defenderse, consideraba que eran cargos de motivación política.
Sin embargo, declarado culpable de crear una comunidad extremista y financiar a activistas extremistas, entre otros delitos, el pasado agosto Navalny fue condenado a 19 años tras las rejas. Período que se sumó a los 11 años y medio que ya cumplía —acusado de robar u$s 4,7 millones de donaciones acumuladas en sus organizaciones—. Sus partidarios, que no eran pocos, reclamaron que la decisión respondía principalmente a un intento por reprimir sus críticas a Putin.
Lo último que se había sabido del líder opositor es que en diciembre su equipo de abogados denunció que estaba desaparecido. No habían podido tomar contacto con él por cerca de diecisiete días. Incluso la Casa Blanca mostró preocupación por su paradero. Sin embargo, el lunes 25, después de presentar 680 solicitudes para localizarlo, fue hallado en la colonia penal IK-3 —sitio en el que finalmente falleció—. “Las condiciones allí son duras, con un régimen especial en la zona, permanentemente cubierta de hielo”, describió el sitio Ivan Zhdanov, director de la fundación anticorrupción de Navalny. “Es muy difícil llegar allí y no existen sistemas de entrega de cartas”.
La vida de Navalny inspiró un proyecto audiovisual —homónimo, de HBO Max— que ganó la categoría Mejor Largometraje Documental en la 95° edición de los Premios Oscar. La producción recorre en detalle el intento de asesinato —por envenenamiento en 2020— que padeció el abogado durante un viaje en avión de Siberia con dirección a Moscú. Con una cronología exacta y el testimonio del propio Navalny, el filme que dirigió Daniel Roher fue una de las mayores sorpresas de la premiación.
Roher, en aquella oportunidad subió al escenario con Yulia Navalny, esposa del preso político. “Mi esposo está en prisión sólo por decir la verdad. Está en prisión sólo por defender la democracia”, dijo ella, entre aplausos.
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