Fueron necesarios 46 días de toma para que el decano de la Facultad de Derecho de la U. de Chile, Davor Harasic, renunciara. En medio de la ola de reivindicaciones feministas, se abrió la puerta para que por primera vez en sus 176 años, llegue una mujer al decanato.
Si bien aún no están inscritas todas las candidaturas, tres son las académicas que más suenan: Maricruz Gómez de la Torre, Ana María García Barzelatto y María Angélica Figueroa. Pero si bien en la universidad estatal sería un hecho inédito, hay varias casas de estudio donde es una realidad.
Para Clara Szczaranski, decana de la Facultad de Humanidades de la U. Mayor, que tiene adscritas 8 carreras, entre la que se cuenta Derecho, la llegada de una mujer a la Chile, "sería muy buena pues, en parte, el conflicto me parece se extremó porque las alumnas no encontraron la posibilidad de un diálogo abierto, confiable, profundo.
A los hombres de la generación hoy mayor y reinante en muchas partes y respecto de muchos asuntos, les resulta muy difícil entender la problemática feminista".
Una problemática que conoce de cerca Valeska Geldres, decana en la U. de La Frontera, quien está a la cabeza de la facultad desde que se formó, en 2004. Durante las tres primeras semanas en que la universidad estuvo tomada y con el objetivo de visibilizar los temas de género, se realizaron seis coloquios dirigidos por académicas de la facultad. Estas conversaciones permitieron aclarar conceptos, pues muchas veces se confunden los temas.
Los estudiantes
Pero no sólo está el desafío de generar confianzas con los alumnos, sino que también escuchar sus problemas. Macarena Fernández, decana en la U. SEK diferencia el perfil de los estudiantes que asisten por la mañana de los de la tarde. Hoy, de los 142 programas que dictan 45 universidades, 52 son vespertinos.
En el caso de la SEK, sus alumnos son mayoritariamente primera generación que asiste a la universidad, por lo que la presión de los padres es una mochila muy pesada.
Académica de carrera, partió como ayudante en la U. Católica hasta llegar a ser decana, primero en la U. Pedro de Valdivia y luego en la SEK. Fernández está acostumbrada a ser "paño de lágrimas", por su despacho pasan alumnas embarazadas, estudiantes con estrés o con problemas vocacionales.
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La ex presidenta del CDE, Clara Szczaranski, dirige la hoy Facultad de Humanida-des, de la U. Mayor, desde 2009.[/caption]
No sucede lo mismo en el vespertino, ahí claramente la deserción se produce por el desafío de compatibilizar familia, trabajo y estudios, a lo que se suma la falta de dinero.
Para Clara Szczaranski es clave incorporar a los alumnos en las mesas de trabajo, transparentar criterios y escucharlos, "así logramos, por ejemplo, que un paro de alumnas por la temática feminista en una Escuela se resolviera en días".
Además de escucharlos, hay que entender el momento en que viven. "Ellos leen menos, chatean mucho y viven en la inmediatez que les impide cultivar la paciencia y les priva bastante, en general, de reflexionar sobre sus pasos. Los jóvenes de hoy tienen poca tolerancia a la frustración y rehuyen a menudo el análisis filosófico", explica.
Liderazgo
Carolina Salas, decana en la U. Católica del Norte, destaca que, por lo general, las mujeres tienen más cercanía con los estudiantes. En el caso de su Facultad, son las jefas de carreras las que más cumplen el papel de contención emocional. Su apuesta es que los futuros abogados se queden en la región, por ello, "atendemos gratis a mucha gente, hay que involucrarlos en la realidad, que busquen soluciones". Su vocación es hacer patria, luchando por la descentralización.
Si bien las mujeres muchas veces tienen que validar que son capaces, Valeska Geldres señala que "más que validar, no tenemos la posibilidad de equivocarnos. Si una jefa grita está histérica, si un hombre lo hace, está enojado".
Macarena Fernández coincide en que "profesionalmente se nos perdona menos que a los hombres. Tienes que ser más fuerte, muchas veces hay que ponerse más dura".