Hace rato que las nanitas en Chile vienen dando la pelea para que se les reconozcan sus derechos como cualquier otro trabajador de Chilito.
La primera batalla la ganaron el 2011 cuando el sueldo mínimo se igualó al resto de la gallada que pela el ajo para ganarse el agua de los porotos en nuestro terruño.
Ese mismo año quedó al descubierto el reglamento de un condominio de Chicureo, en Colina, que exigía a las nanitas usar delantal dentro del recinto. Las asesoras del hogar golpearon la mesa y exigieron una ley que termina con la discriminación histórica que sufría el gremio.
Tras dos años de dimes y diretes en el Congreso, al fin salió humo blanco y en enero del 2015 entró en vigencia la primera parte de la ley 20.786.
Desde esa fecha las nanitas no están obligadas a usar el famoso delantal en público y todos los contratos desde esa fecha en adelante deben ser escriturados y depositados en la Dirección del Trabajo.
El viernes 21 se da inicio a la segunda parte de la norma, que en estricto rigor comienza a regir el día de hoy.
Ruth Olate: contratos bajo la lupa
“Estoy feliz de que se reconocieran nuestros derechos y de que se haya terminado con odiosas discriminaciones de las que éramos víctimas, señaló a La Cuarta la presidenta del sindicato de trabajadoras de casa particular, Ruth Olate.
“Ahora queda que las fiscalizaciones sigan funcionando y nuestras compañeras sean las primeras en hacerlas. También es súper importante que ellas conozcan la ley o será letra muerta”, explicó la dirigenta.
Respecto de los contratos alegó que todavía hay muchos empleadores que no han hecho las modificaciones y que no los han registrado como corresponde.
“Desde enero de este año todas las labores y modificaciones deben quedar estipuladas, de los contrario se exponen a sanciones entre 9 y 40 UTM”, recalcó.
